En julio del año pasado inició la segunda fase del proyecto que "entre casa" llamamos "Somos Ambiente", pero que en realidad tiene un nombre más largo y técnico, y que viene siendo apoyado por tdh Alemania, junto a la compañía alemana Dachser. En estos días terminamos el primer informe de ejecución que da cuenta de las actividades que realizamos en el primer semestre, así como los logros y aprendizajes que ya empiezan a aparecer. En esta nota profundizamos un poco más en esta iniciativa institucional que nos desafía y nos entusiasma a seguir transitando transformaciones e innovaciones en nuestra cultura y misión institucional.
El nombre que Somos Ambiente adquirió en esta segunda fase de tres años es: Jóvenes “ciudadanos/as ambientales” en defensa de los derechos ambientales y la educación ambiental integral. A diferencia del primer proyecto (2021/2023) cuyo título hablaba de la "promoción de los derechos ambientales de niños, niñas y jóvenes, desde una perspectiva inclusiva", en esta segunda fase es mucho más claro y explícito el lugar protagonista de los jóvenes, como "ciudadanos ambientales". Precisamente esa fue la reflexión central al momento de analizar los resultados de los primeros tres años de esta iniciativa: luego del proceso de formación y maduración de muchos de los jóvenes que hicieron un enorme recorrido (entre actividades, capacitaciones, producciones, campañas, presentaciones públicas, mapeos, publicaciones, etc.) era momento de reconocer que lo que en un primer momento eran cambios individuales (en la vida diaria, incorporando hábitos sustentables, en relación a la separación de residuos, etc.) ya adquiría una naturaleza distinta; los participantes identifican problemas, buscan soluciones, reclaman, se posicionan, ejercen ciudadanía.
Eso quedó plasmado en el objetivo del presente proyecto, que busca que "niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) “ciudadanos/as ambientales” con y sin discapacidad de la Ciudad y Provincia de Córdoba sean protagonistas en la defensa y reconocimiento de su derecho de vivir en un ambiente sano, sostenible, digno y diverso, incidiendo (haciendo incidencia política) en la implementación de la Ley Educación Ambiental Integral como instrumento/herramienta referente para la formación de ciudadanos ambientales".
A pesar de que el proyecto actual (fase 2) comenzó hace poco tiempo – el 1 de julio de 2024 – se han dado pasos importantes y casi todas las actividades ya han comenzado a ejecutarse, incluidas reuniones de planificación y seguimiento entre el equipo de coordinación del proyecto y el personal de APADIM, numerosos talleres y actividades centradas en temas ambientales/cuidado/aprendizaje que ya se están integrando en una diversidad de talleres y lecciones (tanto al aire libre como en las aulas), visitas de otras escuelas al circuito agroecológico guiadas por estudiantes de APADIM y espacios de formación para docentes. Además de los logros clave que se explican a continuación, el proyecto también ha dado pasos iniciales importantes en la construcción de una perspectiva interdisciplinaria con la participación activa de adolescentes y jóvenes con discapacidad. Esta ejecución de actividades y estos resultados son particularmente significativos dado el contexto político, social y económico actual de Argentina (tal como se describió anteriormente y en el proyecto original), con más del 50% de los adultos y más del 70% de los niños y jóvenes viviendo en la pobreza y graves y constantes ataques del gobierno federal de Milei a los servicios públicos, educación, salud, servicios de apoyo a personas con discapacidad, leyes y protocolos de protección ambiental, etc.
La población a la que se dirige directamente el proyecto está constituida por 410 niños, niñas y adolescentes con y sin discapacidad, de entre 3 y 25 años, que asisten a APADIM y otras escuelas de la ciudad de Córdoba y localidades cercanas. Las 3.068 personas a las que se dirigen indirectamente las acciones del proyecto incluyen a docentes, familiares de alumnos de APADIM y otras escuelas, personal de APADIM, adultos, miembros de la comunidad que asisten a eventos públicos y audiencias de productos comunicacionales.
Logro clave 1
En los primeros 6 meses del proyecto, 42 adolescentes con discapacidad (entre 15 y 18 años, 19 mujeres adolescentes y 23 hombres adolescentes) han fortalecido su capacidad e independencia en relación a su rol como monitores/guías del circuito agroecológico en los predios de APADIM: 23 mujeres y hombres adolescentes de la 1ª fase del proyecto que han fortalecido su protagonismo y 19 de la 2ª fase que han iniciado su participación en este espacio (contribución al Resultado Planificado/Resultado 3, indicador 3.3, y también al 3.1).
Entre todos ellos, los adolescentes prepararon materiales visuales y explicativos con el apoyo de los docentes de APADIM, y guiaron 8 visitas escolares en el circuito agroecológico, adaptando los talleres que ofrecieron al nivel de los niños de la escuela (de 2 guarderías/preescolares, 4 escuelas primarias y 2 escuelas secundarias). A través de los procesos de capacitación en los que participaron y del uso de estos materiales visuales, los 42 adolescentes ya se identifican como más autónomos e independientes de sus docentes. También iniciaron una celebración de fin de año de sus roles, reuniendo a los 2 grupos por primera vez y cocinando juntos mientras compartían sus experiencias y reflexiones sobre el año.
Lecciones aprendidas 1
Al inicio de la actual fase 2 del proyecto, se formó un grupo de docentes/educadores apoyados económicamente para acompañar y apoyar el rol de los monitores y las visitas de otras escuelas. Los honorarios que reciben los docentes han hecho que sientan que su trabajo es valorado, les ha dado un incentivo extra en su rol y ha aumentado su disponibilidad.
APADIM como institución se basa en un modelo social de discapacidad y de sociedad (más que en un modelo médico), en el sentido de que es la sociedad y las prácticas pedagógicas las que deben adaptarse, más que los adolescentes y jóvenes con discapacidad. El material visual producido por estudiantes y docentes (como herramienta pedagógica) es muy ilustrativo de esta visión y práctica y es una excelente metodología que podría reproducirse en otras actividades (incluso en otras organizaciones) para apoyar procesos hacia una mayor autonomía y protagonismo.
Logro clave 2
Durante el segundo semestre de 2024, los adolescentes y jóvenes con discapacidad dieron pasos importantes para reconocerse como “defensores de los derechos ambientales y humanos” (contribuyendo al Resultado Planificado/Resultado 1) y como “Ciudadanos Ambientales” (Resultado Planificado/Resultado 3) a través de su participación en diversas y numerosas actividades, talleres y lecciones del proyecto que integraron preocupaciones y temas ambientales en sus objetivos de aprendizaje. Los coordinadores del proyecto y los docentes han identificado su creciente participación e iniciativa en actividades internas y espacios externos (como el mercado agroecológico), así como su autoexpresión fortalecida y el intercambio de opiniones relacionadas con temas ambientales (a través de diferentes lenguajes del arte, la cultura, la comunicación social, etc.). Con el apoyo de sus docentes, los adolescentes y jóvenes ya están empezando a valorar las opiniones individuales y colectivas y el rol de cada uno de ellos dentro del grupo, fortaleciendo así su autonomía y autoidentificación como “defensores” y “ciudadanos” en relación a los derechos ambientales y humanos.
Lecciones aprendidas 2
La fase 1 de este proyecto (2021-2024) fue sumamente importante y significativa en términos de construir una “base” sólida de aprendizajes, fortalecimiento de capacidades, dinámicas institucionales y procesos que están posibilitando la ejecución de la fase 2 con resultados significativos ya registrados en el período inicial de 6 meses.
Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva. 
Aquí te contamos cómo.
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