Días atrás tuvimos un encuentro con trabajadores y trabajadoras egresadas de Apadim, que son parte del Programa de Promoción SocioLaboral (PPSL) de la institución. En esta reunión hablamos sobre la situación laboral de cada uno, sobre cómo se vivió la pandemia y la situación actual en cada lugar de trabajo, entre otros temas que van surgiendo a partir de los intereses de los participantes. Sobre estos temas, y sobre el sentido de estos encuentros, contamos en esta nota.
En la sede del Colegio Universitario de Periodismo, tuvimos un nuevo encuentro de un grupo de trabajadores, acompañados por el equipo del Programa de Promoción Sociolaboral de Apadim. |
Hay una serie de premisas que se deben seguir en un programa serio de promoción del derecho al empleo. Uno es que debe ser un trabajo artesanal, basado en las singularidades de las personas y las oportunidades que van brindando posibles empleadores. Se trata en primer lugar de trabajar a partir de un proyecto de cada persona, basado en sus intereses, deseos y expectativas: "trabajar en qué", "qué cosas nos gustan", "qué nos motiva". Construir ese proyecto tamibén lleva tiempo.
Y otra premisa fundamental es que el proceso no termina cuando se consigue el empleo. Ese momento es todo un logro que festejamos, pero, así como punto de llegada, es también el inicio de una nueva etapa en la vida de las personas. Y que esa nueva etapa, sea hermosa, que traiga nuevos aprendizajes, que promueva el desarrollo de la persona, junto a su familia y a las personas con las que comparte la vida, no es algo automático. Responde a los cuidados y compromiso que se pone en todo el proceso previo, y también en el acompañamiento que se sostiene en el tiempo desde que el trabajo se concreta. Y esto se realiza con diversas estrategias y formas, de acuerdo a las necesidades de cada persona. Estas premisas son fundamentales en un trabajo responsable de inclusión laboral, que realmente se centre en las oportunidades para la persona y en entender al trabajo como un derecho.
En ese plano de seguimiento se encuadran los encuentros de trabajadores y trabajadoras, como el que tuvimos días atrás -el martes 5 de Julio- en el Colegio Universitario de
Periodismo, institución que también forma parte del Programa y nos acompañan, brindándonos un espacio accesible y céntrico.
Desde el equipo del programa comentan: "para esta reunión se convocó a jóvenes y adultos que se encuentran trabajando y que
forman parte del PPSL, y que no son alcanzados en la propuesta de
seguimiento semanal desarrollada desde el equipo, ya sea por cuestiones
laborales o de horarios o porque no se considera necesaria hasta el momento". Las acciones de acompañamiento van desde visitas a los lugares de trabajo, talleres con empleadores y equipos, y diálogos permanentes con las propias personas con discapacidad, sus familias y los distintos actores que participan de la experiencia.
Estas actividades son planificadas y consensuadas. La participación es siempre voluntaria y con proyección de otras acciones: "se realizó en semanas previas el contacto telefónico invitando al encuentro,
en el cual se prevé más allá del poder compartir como grupo las vivencias y
/ o necesidades de apoyos actuales; poder planificar acciones futuras".
Sobre el encuentro, los y las participantes estuvieron muy activos, compartieron "la alegría y necesidad del encuentro". A partir de la propuesta de "compartir la situación laboral actual de cada participante", como disparador del plenario, se fueron compartiendo las diferentes experiencias y trayectorias. Como así también vivencias transcurridas en el marco de pandemia por COVID-19 y restricciones planteadas en los diferentes espacios laborales.
En el intercambio surgieron otros temas de interés para ellos, tales como jubilación, la edad de trabajadores, los derechos laborales. Se escucharon manifestaciones como: “¿Qué hay que hacer si te echan?", "¡No me pueden echar, necesito la plata!”. También se habló sobre situaciones que han vivido en sus espacios de trabajo “ellos me charlan, yo charlo con la gente”, “entre los dos nos ayudamos” (compañeros de trabajo), etc. Finalmente, los participantes acordaron realizar encuentros mensuales, incorporando a otros compañeros y compañeras que son parte también del programa y no habían participado en esta oportunidad.
Es importante generar este tipo de espacios, que muchas veces son dejados de lado en diversas experiencias vinculadas con la inclusión laboral, que subestiman las premisas que advertimos en esta nota, pero que sin embargo, forman parte de un abanico de estrategias de apoyos fundamentales, que sostienen el empleo como una experiencia vital rica, vinculada a un proyecto real de la persona.
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