En un recorrido por distintos momentos históricos, vemos que cada sociedad define su propia visión de la niñez y construye modos de “categorizar” a los niños y niñas, legisla de acuerdo a estos posicionamientos y bajo esta órbita promueve ciertos derechos y necesidades.
La realidad hoy nos plantea demandas y propuestas de transformación en un escenario donde se generan exclusiones, injusticias, así como posibles articulaciones, vínculos y experiencias comunes que permiten proyectar más allá de visiones segmentadas.
En la imagen se ve las piernas de un niño/a junto a bloques de maderas de distintos colores |
Desde esta perspectiva, acceder a una salud de calidad y digna es un derecho humano fundamental que nos permite gozar de un estado completo de bienestar físico, mental y social. Un derecho vinculado con la dignidad de todas las personas y la igualdad ante la ley, donde los Estados y las sociedades deben garantizar el acceso, su ejercicio y el disfrute como ciudadanos parte de una comunidad.
¿Cómo es posible entonces avanzar en la ampliación de derechos y en su accesibilidad? Mediante la gestión de políticas públicas integrales y accesibles que eviten cualquier tipo de discriminación en su ejercicio, junto a la implementación de políticas educativas, sociales y sanitarias que acompañen estos procesos de justicia social y equidad en las comunidades.
En este marco, el derecho de la niñez a recibir atención temprana, contempla intervenciones y acciones específicas, estipuladas en legislaciones nacionales, tratados internacionales y convenciones suscritas por el país que tienen como objetivo, entre otras, la promoción y regulación de los espacios de atención integral de niños y niñas en los territorios.
Las políticas públicas dirigidas a la atención a la primera infancia tienen en su agenda la finalidad de instalar en los ámbitos familiar y comunitario, capacidades y dispositivos que favorezcan el trabajo articulado con la sociedad civil y promuevan el acceso y la protección de los derechos de todos los niños y niñas.
En la imagen se observa un niño/a con un juego de encastre de colores |
Las legislaciones establecen que los abordajes de atención de cada niña y niño deben ser integrales respetando su singularidad e identidad y que es posible a partir de una estimulación temprana adecuada que permitan su desarrollo integral en igualdad de oportunidad y trato, respetando la diversidad cultural y territorial.
La participación familiar en espacios de la comunidad y del territorio, es clave para facilitar procesos de empoderamiento en el núcleo familiar y en las organizaciones populares presentes; estar en contacto con saberes y aprendizajes colectivos y familiares.
Las políticas públicas dirigidas a la atención a la primera infancia tienen en su agenda la finalidad de instalar en los ámbitos familiar y comunitario, capacidades y dispositivos que favorezcan el trabajo articulado con la sociedad civil y promuevan el acceso y la protección de los derechos de todos los niños y niñas.
La mano de un niño/a apretando la de un adulto |
En este sentido, desde el servicio de APADIM para acompañar y ser facilitadores de procesos de estimulación, se trabaja en red con referentes de los dispensarios de la comunidad, como los dispensarios de Villa el Libertador, Comercial, Hogar 3 y el hospital Príncipe de Asturias, brindando cartillas informativas sobre la primera infancia y colaborando en interconsultas con los equipos de profesionales.
Atentos y abiertos al intercambio fluido con otras organizaciones, se realizan actividades de extensión a la comunidad respondiendo a demandas de instituciones del medio y se brinda capacitación profesional a universidades nacionales, provinciales y colegios de profesionales.
Así en este escenario particular y complejo, el equipo sostiene el trabajo en red, no sólo brindando instancias de capacitación sino intercambiando perspectivas de trabajo y modos de abordaje, que requieren capacidad y flexibilidad para acompañar propuestas y oportunidades, en esta experiencia colectiva inédita.
La participación familiar en espacios de la comunidad y del territorio, es clave para facilitar procesos de empoderamiento en el núcleo familiar y en las organizaciones populares presentes; estar en contacto con saberes y aprendizajes colectivos y familiares.
El equipo construye junto a organizaciones territoriales espacios de promoción de derechos y de acceso a una estimulación temprana adecuada e integral de todos los niños y niñas. Es por ello que diseñan un mapeo territorial que permite trabajar colectivamente, con intervenciones adecuadas a cada realidad socio territorial, creando nuevas oportunidades y derechos.
Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva. Aquí te contamos cómo.
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