El sábado en el curso de Acompañamiento Terapéutico y Discapacidad trabajamos sobre los fundamentos de la inclusión del acompañante terapéutico como herramienta clínica en el ámbito escolar.
La clase a cargo de Lic. Gabriel Pulice y Mgter Viviana Bálsamo, nos propuso conocer las consideraciones que se deben tener en relación a la demanda e Inclusión del AT en el ámbito escolar, pensar en su especificidad y la estrategia clínica que se construye en la escuela, para luego en una instancia de intercambio y reflexión colectiva, realizar el análisis y desarrollo de viñetas clínicas.
La propuesta por lo tanto es situar como es el ingreso del Acompañante o el dispositivo en el campo educativo, como y cuando se solicita esta intervención, bajo que situaciones se lo convoca, para desde allí poder ver cuáles son las encrucijadas o las demandas puestas en juego.
Como proponía Viviana Balsamo, poder situar cuales son estas para analizarlas, a partir de una lectura previa para ver el andamiaje o coordenadas que se presentan en el escenario educativo, para luego pensar la escuela en estos tiempos, donde es necesario repensar dispositivos y estrategias y acercar algunas reflexiones.
Participantes del encuentrto |
La escuela debe habitar tiempos simultáneos y no lineales, necesarios para que los estudiantes puedan asumir estos lugares en el escenario escolar, que cobije formas y deseos, de cada niño con sus formas y tiempos.
En este sentido, Viviana propone distinguir tres tiempos y dimensiones en el ingreso escolar, un primer tiempo cronológico que es el ingreso formal al sistema educativo, de subjetivacion de experiencias y ciertos movimientos de aprobación de poco a ese espacio escolar. Aquí puede verse en determinadas claves, como puede ser junto a la docente , en el patio, ciertos detalles y señales que les permite al AT poder ir advirtiendo. Aquí es importante comenzar a ver el tiempo simbolico de significacion por el cual puede empezar encontrar un lugar y generar lazos con la escuela, si las condiciones previas estan dadas.
Los tres tiempos de lectura se ponen en juegos en tres dimensiones, siendo la biopolitica la que se presenta como discurso neoliberal, desde el cual las solicitudes de intervención se encaminan a sectorizar, normalizar, clasificar y dominar estos cuerpos y sujetos: que el niño produzca lo que el sistema requiere o necesita para ingresar a ese espacio.
El acontecimiento de la presencia, es otro tiempo, donde el otro interpela e indica a construir la representación de que se tiene del otro, ofrecida por representación social o la que se desprende de cada interlocutor. Esta construcción y lo que aparece del otro, es una presencia que nos demanda más alla de lo que se dice y esta atravesada de aspectos inconscientes y mitos en relación a la discapacidad.
Desde esta presencia y despliegue es que el AT ingresa al escenario escolar y desde cual ingresa a la tercera dimensión biográfica. Esta permite aproximarnos a la configuración del mundo interno del niño y que puede estar disponible, a partir de objetos escolares , escenas en juego en escuela, una relación con su mochila, un lazo con estos objetos , donde el AT debe estar atento para poder ir configurando una estrategia para acompañar.
Viviana Bálsamo directora del curso y capacitadora en este encuentro |
En este sentido Viviana nos propone trabajar con el recurso literario de extrañamiento en la clínica, como un proceso de ruptura con lo familiar, con una lectura distinta de los hechos, que busca alejarse de habitual, del estado de anestesia de lo conocido y busca la novedad y la diferencia.
Este extrañamiento es una lógica distinta a la idea habitual de tal significante corresponde tal significado, y nos permite pensar en diversos significados y maneras.
En esta linea Gabriel Pulice proponía preguntarnos de que manera pensar como se puede transitar ese recorrido que va desde la solicitud de intervención que llega al AT a la construcción del caso.
Donde es fundamental, que la intervención de solicitud que se demanda incorpore las dificultades del niño en su historicidad en conexión y en correlato con la historia familiar.
Para contextualizar los procesos de inclusión, Pulice destaca la importancia de tener en cuenta, la preocupación y carga de angustia actual, en relación a situaciones instaladas en las escuelas desbordadas, que como reflejo en lo que acontece a nivel social-, muestran el deterioro de condiciones de vida y dificultades de las familias para acompañar a los jóvenes en los procesos de aprendizajes. Condiciones que se agravan en situaciones de crisis, donde la institución aposto el privilegiar la contención de niños en muchos casos en desmedro de la calidad de los contenidos que se podrían transmitir.
En este contexto se plantean los procesos de inclusión, una escuela- sociedad que fue sufriendo transformaciones y tendencia a un deterioro del tejido social y por otro lado un dispositivo escolar, como institución que presenta características anacrónicas con respecto a los cambios que se fueron generando.
En este sentido, Pulice destaca que es fundamental pensar que la intervención del AT en el campo educativo integre, asocie y contemple de manera integral, los problemas de aprendizajes y los afectivos del niño en ese escenario, y de ese sujeto en particular. El dispositivo se construye en una intima relación con el caso y sus lógicas, que implica como poner en juego los recursos a disposición para poder pensar un dispositivo para cada sujeto.
A partir de un diagnostico de situación, que es distinto de establecer un diagnostico del sujeto, incluir y abrir preguntas de lo que funciona o no en el dispositivo escolar, nos permite pensar como ir construyéndolo, ajustando piezas, limites de tiempos, horarios, cuestiones intimas relación con la construcción del caso.
Es aquí donde Gabriel destaca que es necesario entender que efectivamente hay desafíos para el AT que tiene que ver con su función y modo que puede llevar adelante la intervención de una manera lograda, en relación que son los acompañantes los que tejen la interdisciplina en situaciones donde no esta presente
Gabriel Pulice, referente y capacitador en Acompañamiento Terapéutico |
La intervención en la escuela, es necesario pensarla como una herramienta clínica aunque transcurra en la escuela, y el AT debe acompañar toda situación que posibilite dar un paso en pronunciar una palabra propia, una posición en lo que se involucre en la dirección de su deseo, que tome sentido la inclusión en la escuela: esta tenga un sentido para ese niño y tenga ganas de estar ali.
En este contexto de aislamiento, es importante tomarse tiempo para re significar rituales escolares, internos de cada sujeto y del propio del sistema, acompañar estas nuevas situaciones para no volver a la homogeneizacion y la prisa, donde están las grandes desigualdades, que se permita alimentar practicas colaborativas donde cada uno y todos tienen un lugar, un espacio compartido y común.
Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva. Aquí te contamos cómo.
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