Hace unos días, en el Centro de Orientación Laboral se vivió un encuentro con familiares de las personas que vienen haciendo la formación en esta propuesta. Fue un taller de trabajo para conversar sobre las oportunidades, los apoyos, las ayudas que necesitamos para llevar adelante nuestros proyectos de vida, con autonomía y autodeterminación. Aquí contamos sobre esta experiencia.
Esta foto y las siguientes muestran momentos del encuentro. |
¿En qué actividades de la vida cotidiana necesito ayuda de otra persona? ¿En determinadas situaciones, las personas con discapacidad requieren de mayor apoyo o ayudas que otras personas? ¿Consideran que como familia promovemos la autonomía? ¿Cómo se ayuda? ¿Cómo se organiza la ayuda para que sea apoyo y no imposición? Las preguntas abrieron el diálogo horizontal entre pares que vienen de experiencias similares, conectadas y compartidas muchas de ellas; con nuevos relatos, interrogantes y desafíos en otros casos. La idea no fue una bajada de línea de un deber ser, sino la construcción compartida de reflexiones, de propuestas, de aprendizajes de cada uno que puede servir a los demás. Pero antes, para abrir el juego primero nos metimos a pensar en líneas de vida.
Las oportunidades cambian la línea de la vida.
Las preguntas y reflexiones tuvieron un punto de partida muy movilizador. Se proyectó un video que fuera el resultado de un experimento social realizado en España por Plena Inclusión Madrid. Este proyecto convocó a unas veinte personas a reflexionar sobre los momentos inolvidables de la vida de cada uno y de cada una. Mujeres y varones, con y sin discapacidad. En dos grupos y en sendas líneas de vida, estas personas pusieron sus momentos "que jamás podrán olvidar": irse a vivir sólo/a, el primer trabajo, conocer "la movida", el día del debut en la actuación, etc. Luego, reunidos en parejas cada uno/a imaginó cómo habría vivido la otra persona ese momento inolvidable. Por ejemplo Fernando registró lo inolvidable de su primer trabajo a los 45 años; y Miguel reflexionó sobre la injusticia que hubiera sentido pasar 45 años sin poder acceder a ese derecho fundamental. O Ana que recordó el momento que salió de su ciudad y se fue a vivir a Madrid, deseo similar al que tiene Chema, pero que en su caso no ha podido cumplir. Y así con los demás participantes. Al final las dos lineas de tiempo se superponen evidenciando que los momentos expresados por las personas en cada grupo son muy similares, coinciden, están conectados. Y que las oportunidades pueden cambiar las líneas de vida.
Todos necesitamos ayuda, y las personas con discapacidad también. Respecto a necesitar más ayuda no tiene que ver sólo con las personas con discapacidad, sino con el tipo de situaciones que enfrentamos que implica para todos la misma dificultad; por eso lo que a algunos les puede resultar más difícil resolver sin ayuda para otros puede ser más fácil, pero en general; no tiene que ver con la discapacidad, y en todo caso siempre es un aprendizaje mutuo, como superamos las pequeñas o grandes cosas juntos.
Construir oportunidades desde el respeto
Luego de ese primer momento, los participantes del taller trabajaron en grupos, en base a las preguntas propuestas como guías. Y allí surgieron muchas reflexiones que luego se compartieron con todo el resto. Así uno de los grupos comentó que la autonomía es algo que se aprende. Que "hay que enseñar, brindar confianzas en que pueden; creer en sus posibilidades de independencia". Y con libertad se posicionaron: "nosotros no debemos creernos indispensables. Darles la oportunidad de ser ellos mismos". Es que no hacer las cosas "por ellos" implica no sustituir.
No una bajada de línea de un deber ser, sino la construcción compartida de reflexiones, de propuestas, de aprendizajes de cada uno que puede servir a los demás
Otra reflexión: a las personas con discapacidad siempre se les está exigiendo adaptarse a lo demás, al entorno, a un modo estandarizado (normalizado) de hacer las cosas; y entonces "lo que debe cambiar es eso, los demás debemos abrir la cabeza y adaptarnos nosotros a diferentes formas de resolver" problemas, situaciones, etc. "Esto tiene que ver con respetar los tiempos, desarmarnos las impaciencias. Mirar, ver y escuchar, darnos el tiempo para eso".
Y siguen las afirmaciones: hay que dar lugar a los deseos y decisiones de las personas. Buscando en los espacios fuera del hogar que tengan participación. Tratar a todos los hijos como iguales.
También los miedos son parte de estas construcciones, y no se pueden soslayar. Los miedos familiares, potenciados según las situaciones que se les presentan como más riesgosas (la calle, las actividades sociales, etc.), y la necesidad de atravesarlos, de vivirlos, de madurarlos y de transformarlos en satisfacciones por los logros y aprendizajes. Y también están ahí la falta de experiencias, la falta de conciencia en la sociedad, la falta de oportunidades, la culpabilización de otras personas, la falta de tolerancia en los demás (dar más tiempo, esperar, deconstruirse y adaptarse a comprender a otras formas de hacer, estar y funcionar en la realidad, en la sociedad), la falta de confianza en los demás.
Hay que brindar confianzas en que pueden; creer en sus posibilidades de independencia.
Un punto de tensión y de click importante al conversar sobre autonomías, sobre independencias, es cuando los familiares y las personas que forman parte de esos otros cercanos a las personas con discapacidad, pueden palpar ese paso del "hacer cosas", de manera autónoma y con apoyos adecuados y necesarios según cada persona; a "elegir hacer cosas". Es decir a tomar las propias decisiones sobre las pequeñas y grandes cosas de la vida: desde elegir la ropa, los horarios y actividades que cada uno realiza, hasta construir una vocación, votar, mudarse, orientar un camino hacia una forma de vida elegida, deseada. Construir un proyecto de vida. Hacer ese click implica en quienes acompañan comprender la profunda esencia de lo que significa precisamente acompañar, y qué apoyos también se necesitan para acompañar, para sostener ese lugar. Para la sociedad significa estar más cerca de un modelo más digno de sociedad, con más oportunidades y justicia. Y para las personas significa la plena realización.
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