Hace varios
años que recreamos la celebración a la Pachamama, a partir de reflexiones que
nos fueron atravesando, de proyectos educativos e inclusivos que nos llevaron a
conectar con modos colectivos, populares y comunitarios de construir
conocimientos; además de la mano de familias que migraron hace muchos años y en
sus recorridos llegaron y también son parte de la institución, trayendo saberes
y costumbres que nos compartieron generosamente. Y conectando con un entorno
barrial donde la culturas rurales y andinas se
viven como parte de la experiencia cotidiana de vida.
En este contexto, fuimos rescatando, encontrando y celebrando
saberes y costumbres, que a partir también de propuestas pedagógicas
de arte, el estudio de las culturas originarias que habitan en distintas
regiones del territorio nacional y prácticas vinculadas con la tierra, como el
cultivo de plantas y la cría de animales en la granja, nos llevaron a conectar
con una celebración diversa, plural y latinoamericana
atravesada por todos estos saberes, conocimientos, rasgos y prácticas
institucionales.
Encuentro, música y agradecimiento
Como cada año la jornada
de celebración comienza con un recorrido pedagógico por la granja. Allí nos
encontramos para realizar la vieja costumbre de marcar los animales de granja,
de manera amable: con pompones de lanas de colores que "adornan" los
animales, que han nacido en el último tiempo. Se les convida con
hojas de coca y un traguito de chicha y otras bebidas refrescantes. Atentos
participamos y escuchamos porque se realiza esta costumbre originaria desde la experiencia
de Fanny Liquin, una de las madres iniciadoras del ritual en APADIM y el
profesor Pedro Ruiz.
Luego de allí nos fuimos al lugar de
nuestra Apacheta, donde se preparó el fuego necesario para acompañar el ritual
y se colocaron las banderas: la wiphala, y la bandera argentina.
Todos en círculo (las culturas
originarias, reconocen las formas circulares como espacios que reflejan los
ciclos de la naturaleza y encuentros en comunidad) y luego de destapar el pozo,
en silencio se dio inicio a la ceremonia que comenzó con la reflexión del
porque estábamos reunidos, la importancia del acto de ofrendar y la
espiritualidad del momento para quienes participamos.
Cada uno, ofrendo aquel alimento que
deseaba regalar a nuestra tierra, agradeció por lo dado, devolvió a la tierra
aquello preciado y renovó sus pedidos por un buen año. El sentido de la ofrenda
es la experiencia de encuentro y de espiritualidad con la Pachamama con
ofrendas simbólicas de contenido real que representan la intención y gratitud
de la comunidad, en un marco de recogimiento, respeto y creencia.
Cada año cuando
reelaboramos este proceso y esta jornada de ritual, compartimos con organizaciones,
escuelas y familias de la zona; disfrutamos las
coplas y los cánticos ancestrales y la música de amigos que se suman para
compartir.
Este año nos acompañaron los estudiantes de 3 año del Instituto Parroquial Nuestra Señora del trabajo, las
producciones de los distintos talleres de APADIM, de ecología, de plástica, de música
y baile caporal (danza folklórica boliviana), interpretada por el estudiante Daniel Avendaño,
la guitarra y bombos de la orquesta de percusión nativa y amigos músicos que quisieron
estar presentes con su arte en la celebración.
Y así nos
conectamos: con la tierra, con la naturaleza de la que somos parte y con las
generaciones que nos antecedieron y cuidaron este territorio que hoy habitamos.
Nos pensamos como iguales, todxs, grandes, chicxs, profes, estudiantes. Respetamos
y cuidamos a los animales de nuestra granja, a las especies autóctonas que
vamos plantando en un suelo recuperado, que en otras épocas fue depósito de
residuos y escombros. Se trata de todo eso, pero sobre todo de convidar a la
Pachamama los frutos que nos da, para luego si, compartir entre todxs.
En tiempos
difíciles, más que nunca, convidamos, ofrendamos, compartimos en comunidad y
reconstruimos lazos con nuestra identidad solidaria y latinoamericana.
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El fuego símbolo de conexión de los pueblos originarios |
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La orquesta de percusión nativa de APADIM y amigos músicos que se sumaron a la celebración |
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Realizamos nuestra ofrenda con los compañerxs |
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Elegimos la comida que queríamos ofrendar |
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Compartimos cantos y coplas ancestrales |
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Bailamos, reímos, almorzamos en comunidad en un día de mucho frío |
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Joven estudiante del Instituto Parroquial Nuestra Señora del Trabajo realizando su ofrenda |
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Atentos los compañeroxs compartían el momento personal de cada ofrenda |
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Nuestra obra colectiva de la Pachamama presente en el encuentro |
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La música como espacio de encuentro y agradecimiento |
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Fanny reedita el ritual de la "marcación" de los animales en la Granja |
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Y en el baile nuestro encuentro..imagen de Daniel Avendaño con el calor de la danza caporal |
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