Tercer encuentro del
Curso Derechos Humanos y discapacidad:
Hacia la construcción de sociedades inclusivas”. Perspectivas en educación
desde el Modelo Social y la Convención Internacional sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad.
Nos
encontramos para seguir reflexionando sobre temáticas y ejes transversales cómo
son
el derecho a la participación y el protagonismo, las relaciones de poder
y el empoderamiento, la sexualidad, entre otros.
Para trabajar
estos conceptos es importante poder avanzar en la noción de persona que plantea
la convención y el modelo social, en tanto sujeto de derechos, con una mirada
integral que permita poner en debate y manifiesto estos conceptos y procesos
vinculados a la persona.
La
participación y protagonismo de las personas con discapacidad son aspectos
centrales para el desarrollo de su autonomía, la ciudadanía y para los procesos
de transformación social. Es a partir del empoderamiento real, las elecciones y
las decisiones individuales como se va generando una conciencia que quiebre con
representaciones discriminatorias y estereotipadas en cuanto a la participación
de las personas.
Los asistentes al curso tomando nota de la clase. |
Para
habilitar los espacios reales de gestión participativa es importante identificar
los distintos niveles en donde se promueve la participación como un concepto
que adquiere sentido y realidad cuando se construye desde el ejercicio concreto
de la persona con los otros, otros que puedan colaborar en este proceso,
brindando apoyos para la participación como un ejercicio que se aprende
participando.
En este marco, Graciela Bordagaray explica que la
sexualidad y la libertad de tomar las propias decisiones en relación a la vida
afectiva y los derechos sexuales y reproductivos, deben ejercerse respetando la
perspectiva de género y la intimidad de cada persona.
Los
procesos vinculados a la sexualidad de las personas con discapacidad muchas
veces se encuentran mediatizados por representaciones sociales, miradas
familiares y mitos que atraviesan no sólo el ejercicio de la sexualidad, sino
en general la perspectiva de género y la intimidad de cada persona.
Con
estas nociones a cuestas la perspectiva de género nos permite problematizar y
deconstruir mandatos socialmente adjudicados. Nos plantea pensar cómo las
sociedades y la representaciones sociales fueron diciendo que debe hacer un
varón, que debe hacer una mujer, lo que es esperable atraviesa a toda la
sexualidad de la persona.
La
deconstrucción de los mandatos permite revisar mecanismos y lógicas invisibles
instituidas en una sociedad: de costumbres, de modos de ser y sentir el mundo y
de relacionarse con los demás.
La
propuesta entonces fue revisar esas estructuras sociales determinadas con una
mirada crítica y poniendo en cuestión roles preestablecidos y estereotipos de
género que establecen desigualdades, promoviendo cambios tendientes a
garantizar la igualdad de derechos y responsabilidades entre distintos sexos.
Miradas
y reflexiones que seguiremos trabajando en el próximo encuentro del curso.
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