Ya a
pocos meses de terminar la propuesta de formación en estimulación temprana, Paola
Pedrini, Alejandro Beretta, María de los Ángeles Cerasa y Erica Córdoba, en una
dinámica exposición con intercambios e inquietudes, explicaron cuáles son los aspectos,
etapas y bases necesarias que el equipo debe considerar para el desarrollo
saludable del niño.
Esto
implica trabajar a partir de estrategias metodológicas, enfoques de
evaluación y casos prácticos, conocer cuáles son los aspectos estructurales e
instrumentales que ayudan a la estimulación del niño en su proceso de
constitución subjetiva y como el abordaje mediatizado por el juego es
trascendental en los primeros años de vida.
Es por ello que se implementan
distintas estrategias habilitando espacios que sean apropiados para la motivación,
la estimulación y despertar el deseo del niño en su interacción con los
objetos, el medio y las personas.
De esta manera, Paola Pedrini,
una de las capacitadoras comentaba que para hablar de desarrollo hay que tener
en cuenta los aspectos tanto estructurales como instrumentales en el desarrollo
del niño. Entendiendo que los estructurales serian aquellas articulaciones que
constituyen al sujeto: el desarrollo cognitivo, la maduración del sistema
nervioso central y la constitución subjetiva, en tanto los instrumentales
serían los aspectos de los que se vale el sujeto para interactuar con el medio:
que son el lenguaje, la psicomotricidad, los hábitos, la socialización y el
juego como actividad central constituyente.
Los aspectos instrumentales que utiliza el niño para
interactuar con el medio, va facilitando la construcción del mundo y de sí
mismo y estos le permiten al niño hacer
y tomar estos estímulos del medio, interactuar con el mismo y con los demás.
La constitución subjetiva como
explicaba, Alejandro Beretta,”es el proceso por el cual un bebe se constituye
como individuo dentro de una trama social y vincular particular en la cual está
inmerso y va ir estructurando su psiquismo como persona”.
En este sentido, destaca que es fundamental trabajar con
la trama vincular del niño, porque permite pensar como esa persona va ser un
sujeto particular en función de la trama de relaciones en la que está inmerso,
determinado por esa trama y esto como va ir repercutiendo en su psiquismo y en
la imagen que va a tener de sí mismo o de los otros.
En relación a esto, el abordaje
mediatizado por el juego permite que el niño interactúe con las personas, con
los objetos y todo lo que recibe del ambiente, y es a partir de la estimulación
sensorial y la manipulación de los objetos, donde se coordina los movimientos que
van ayudar al aprendizaje.
En este sentido, María Cerasa
comentaba el recurso que los juegos de crianza nos brindan, distinguiendo los de
sostén, de ocultamiento y de persecución, que al proponer el cuerpo como objeto
y motor del juego se jerarquiza la presencia de la corporeidad y sus
manifestaciones.
En este sentido, Érica Córdoba,
comentaba la riqueza que tiene el juego como espacio lúdico y de
aprendizaje al permitir que el niño se interese en la actividad, facilitando su
participación activa, que se apropie del entorno y construya los aprendizajes a
partir de sus intereses de un modo placentero.
Las sesiones de juego son
siempre dinámicas y están en constante crecimiento y la relación con el terapeuta
es fundamental ya que debe plantear la actividad de juego de manera lúdica,
variada, tendiendo a sus posibilidades y respetando su interés y su ritmo.
En el juego el niño interactúa
con los objetos, expresa sentimientos y desarrollan sentidos que están
estrechamente ligados a lo que en las sesiones de juego podemos observar el
poder hacer, el saber hacer y el deseo de hacer.
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