¿Qué pensamos cuando hablamos de inclusión o integración? ¿Qué significa trabajar desde el concepto de estudiantes vulnerables? ¿Cuál es la función del profesor de apoyo? ¿Los apoyos son estrategias puntuales o buscan mejorar la situación de todos los estudiantes en un aula?
Estas y otras inquietudes fueron trabajando en conjunto con las asistentes, las capacitadoras Lic. Fabiana Cassano y Prof Belén Ortiz Bracamonte, para construir estrategias metodológicas y teóricas adecuadas para realizar procesos inclusivos en las escuelas.
Foto del material teórico que se entrega a las asistentes al curso. |
De esta manera, Fabiana Cassano, comentaba la importancia de distinguir el concepto de inclusión como noción central para hablar de procesos inclusivos, entendiendo que en la actualidad existen confusiones en las legislaciones que utilizan este término y poner de manifiesto cual es la perspectiva o la mirada que prevalece cuando se los utiliza.
Este proceso debe pensarse y discutirse al interior del equipo que realiza la inclusión, es decir adecuar y pensar cómo los distintos roles y funciones de las personas que participan, habilitan y facilitan que esta mirada se concrete y sea adecuada.
Una educación inclusiva es pensar en un proceso dinámico, de participación y protagonismo constante del estudiante, siempre presente en el aprendizaje que se genera, con lo cual es importante identificar aquellas barreras de aprendizaje que puedan obstaculizar este proceso.
Esto nos lleva a pensar la diversidad de situaciones y biografías personales de los estudiantes y sus familias, de alumnos que transitan por distintas situaciones y contextos socioeconómicos y culturales que están en desventajas en un sistema educativo que debe garantizar el derecho a la educación de todos y por lo tanto debe dar una respuesta a estas situaciones y demandas puntuales.
Fotografía de las asistentes al curso Una escuela para todos: Inclusión y Justicia Educativa. |
Es por eso que el equipo técnico debe acompañar los procesos de inclusión, con reuniones de formación y capacitación con la escuela base y aquellos apoyos que se consideren, para poder habilitar procesos en conjunto.
En relación a los actores participantes de este proceso, como comentaba Prof. Belén Ortiz Bracamonte, la modalidad de trabajo del profesor de apoyo fue variando en relación a los cambios y avances en cuanto a la educación especial, la temática de la discapacidad, el concepto de estudiante, repercutiendo sus funciones e intervenciones en el rol dentro de la escuela especial y escuela común.
Si bien las adecuaciones son instrumentos que permiten diseñar una oferta educativa que respete y valore la cultura de la diversidad, métodos y recursos que permitan a cada estudiante aprender en tiempo y forma conveniente, la finalidad “No se refiere a empobrecer, reducir ni “hacer fácil” la situación sino en acomodar oportunamente el conocimiento a la circunstancia de aprendizaje”
Del encuentro también estuvo presente brindando su experiencia inclusiva, la docente Sandra De la Rosa de los jardines de infantes de la Escuela República del Perú, institución que hace varios años es una de las escuelas base que participa del programa de inclusión escolar.
La inclusión escolar es positiva cuando la propuesta de la escuela común es provechosa para el estudiante, considerando sus necesidades y siendo esta un espacio de sostén y contención que vehiculiza el aprendizaje y socialización.
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