Definir
y reflexionar las prácticas profesionales desde el nuevo paradigma de la Inclusión Educativa posibilitará una escuela
como un espacio para todos, pensando cómo esta perspectiva debe habilitar y
transformar los sistemas educativos,
los entornos sociales y culturales de aprendizajes para poder responder a la
diversidad de los estudiantes. El pensar una educación inclusiva, es posibilitar
que el espacio de encuentro educativo- entre maestros y estudiantes- se plantee
como una oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y aprender, las
creatividad de las formas y maneras de compartir miradas, saberes y construir conocimientos
colectivos.
Desde allí este primer encuentro donde
contamos quienes somos, de dónde venimos, cuáles son nuestras expectativas en
la propuesta, comenzó para proponer a cada uno de nosotros que compartimos este
espacio de formación, la posibilidad de transitar seis encuentros en donde se
trabaje las condiciones legales, institucionales y curriculares que deben
garantizar el pleno ejercicio del derecho a la educación y asegurar
trayectorias escolares integrales. Sólo de esta manera se podrá poner en
funcionamiento dispositivos que nos permitan identificar las barreras
contextuales que obstaculizan la permanencia, participación y acceso a los
aprendizajes de todos los estudiantes
Con
las claras reflexiones y aportes de las capacitadoras, Lic. Belén Agüero y Lic.
Estefanía Chavero, comenzamos reflexionando sobre el derecho social a la
educación, en la posibilidad de reconocer la justicia educativa, la igualdad,
la inclusión y la diversidad en los espacios académicos, lo que implica generar transformaciones organizativas y
didácticas de los contextos escolares favoreciendo procesos que respeten el
derecho a una educación de calidad, ofreciendo respuestas equitativas a la
diversidad y garantizando la igualdad de oportunidades educativas.
Es indispensable
el reconocimiento de las singularidades culturales y
sociales, pensando la educación y a los
estudiantes como sujeto de derechos, definiendo modalidades
de evaluación que sean respetuosas de
estas singularidades y que garanticen trayectorias escolares integrales con
apropiación de aprendizajes significativos.
Es aquí donde el cambio del paradigma desde la Integración Escolar hacia la
Inclusión Educativa, propone ser un proceso de una búsqueda
permanente de la mejor manera de responder a la diversidad, valorando las
diferencias individuales como parte de sociedades más justas e igualitarias,
facilitando y habilitando la participación de todxs en el contexto escolar
En mayo nos encontramos
nuevamente para continuar trabajando desde la perspectiva del nuevo paradigma de
la inclusión con la legalidad jurídica de la Convención Internacional sobre los
derechos de las personas con discapacidad y los aportes para la práctica cotidiana.
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