Estudiantes
de la Escuela Técnica N° 18 de Villa Regina aplican lo que aprenden en los
talleres para mejorar la vía pública.
"¿Alguna
vez en esta escuela se hizo algo para ayudar a las personas ciegas?",
preguntó hace tres años Cristian Ortega, quien tiene un amigo con esa
discapacidad.
Ortega
es alumno del Centro de Educación Técnica N° 18, en la ciudad de Villa Regina,
provincia de Río Negro. En respuesta a esta inquietud, su profesor, José Caro,
le propuso a él y a sus compañeros de 1er. año fabricar cartelería en braille
para indicar los nombres de las principales calles, avenidas y edificios de la
zona. Desde entonces, los chicos confeccionaron más de 100 carteles para
personas con discapacidad visual que ellos mismos emplazaron en
la vía pública.
Alumnos de la escuela confeccionan los carteles. |
"Nuestro
objetivo es que los alumnos apliquen los conocimientos al servicio de su
comunidad, transformando su realidad cercana y contribuyendo, así, a la
construcción de una ciudad más inclusiva", dice Caro, creador de esta
propuesta que en 2016 fue declarada de interés municipal y provincial. También
el año pasado recibió una mención especial en la décima edición del Premio
Comunidad a la Educación, organizado por Fundación
LA NACION , Banco
Galicia y Fundación OSDE .
Lo
que comenzó siendo un proyecto de un solo curso se convirtió pronto en una
actividad institucional que actualmente involucra a toda la escuela secundaria.
A
través de talleres que se dictan en los diferentes años -tales como dibujo
técnico, carpintería, soldadura, hojalatería y tecnología de fabricación-
participan alumnos de diversas edades, donde cada grupo cumple un rol único en
el proceso de producción.
Un
gran compromiso
Caro
asegura que este crecimiento fue fruto del entusiasmo experimentado: "Los
chicos se movilizan mucho cuando comprueban el impacto que generan en los
beneficiarios. De hecho hubo un antes y un después cuando convocamos a una
persona ciega a dar su testimonio. Además hay varios alumnos que tienen
familiares con alguna discapacidad; eso hace que ellos sientan una gran empatía
y se conecten con sus ganas de involucrarse".
Para
acompañar la iniciativa se armó, de forma voluntaria, un equipo coordinador
integrado por jóvenes de 4°, 5° y 6° año que supervisan las tareas y llevan
adelante reuniones con las organizaciones de la comunidad involucradas, entre
ellas, la Municipalidad y el Profesorado en Educación Especial.
Con
ellos intercambian experiencias educativas, reciben charlas sobre discapacidad
y el sistema de lectoescritura braille, además del asesoramiento brindado en el
diseño y la ubicación de los carteles.
María
de los Ángeles Robol, una de las alumnas del equipo coordinador, cuenta:
"Es un proyecto muy lindo, no sólo porque hacemos que se cumpla la ley que
desafortunadamente no se venía cumpliendo en Río Negro, sino que somos la
primera ciudad de nuestra provincia en tener este tipo de cartelería. Además
nos genera mucha satisfacción ver la alegría y la emoción de las personas con
discapacidad. Muchos de ellos que antes no aprendían braille porque no
encontraban sentido a su utilidad, ahora se anotaron en los cursos y lo
empezaron a estudiar".
Esa
misma sensación es la que expresa Manuel Benito Barahona, joven egresado en
2016: "Participar en esta iniciativa fue muy significativo porque a medida
que aprendía, sabía que estaba ayudando. Cuando empezamos a tener reuniones con
los muchachos ciegos, me di cuenta de que esto era mucho más importante de lo
que yo pensaba".
Este
año, los alumnos del Centro de Educación Técnica N° 18 planifican redoblar el
compromiso para construir más señalización en braille, que será destinada a
escuelas amigas de educación especial, universidades y principales monumentos
históricos de la zona.
"De
esta manera vamos a estar aportando a construir una ciudad más accesible. Es
muy diferente si yo les digo a los chicos que tienen que hacer los carteles
porque si no serán desaprobados, a saber que con eso están ayudando a otros con
su trabajo. Eso genera más compromiso y motivación", concluye Caro.
Necesitan
una máquina nueva
Hace
poco, la máquina con la que contaba la escuela para cortar las chapas de los
carteles se rompió y no la pudieron arreglar. Esto hace que los chicos tengan
que hacer esta tarea de forma manual con tijeras que se desafilan
constantemente, lo que hace que se estiren los tiempos de producción y se alarguen
los de entrega. "Estamos acostumbrados y, como siempre, le buscamos la
vuelta para seguir trabajando, pero conseguir una nueva máquina nos facilitaría
mucho las cosas", dice Caro.
Cómo
colaborar
Escuela
N° 18
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