Ayer nos encontramos
para compartir el cierre lectivo y egreso de los estudiantes de la Escuela de
Formación Integral y Capacitación Laboral.
En palabras de estudiantes,
profesores, familias, cada uno fue compartiendo ideas, deseos y pensamientos en
momentos en que cerramos una etapa de nuestras vida, en épocas de necesarios balances,
reflexionar un poco y de renovar expectativas para el próximo año.
Estudiantes que
egresan, para transitar nuevos espacios y otros que continuarán acompañándonos,
desde lugares, sentires y desafíos nuevos. Un acto donde todos estuvimos
presentes, porque la educación son esos espacios de construcción colectiva de
saberes y experiencias, de encuentros con otrxs, de comunidad.
Compartimos aquí las
palabras de Lic. Ester Frola, directora de la Escuela de Formación Integral y Capacitación
Laboral y Centro de Orientación Laboral.
“Frente al desafío de
cerrar un año lectivo aparecen los proyectos llevados a cabo, las ideas, el
sentido de nuestra escuela, las personas.
Podría hablar del
proyecto educativo, de la lucha por la defensa de planes de estudio y saberes,
y por ende del lugar del estudiante en el sistema educativo. Pero la educación
es mucho más que los aspectos formales que la identifican.
Somos una escuela secundaria
que enseña, que cree que el tiempo de aprender no se termina y que
comprometernos con los alumnos es también verlos en proyección
Para esta escuela ha
sido un año con matices y emociones fuertes, porque no hay educación sin
emoción y sin encuentro humano. El sentido de la escuela se construye entre
personas, entre historias de vida y proyectos personales. Sin alumnos y
profesores las aulas no existen, los contenidos son solo palabras vacías y las
paredes se convierten en muros.
Por eso creo importante
pensar y centrar las palabras en las personas.
Pensar en los egresados. En los que hoy cierran una
etapa hermosa de la vida como es terminar la secundaria. Tiempo de aprender, de
decidir, de enamorase, de energías desbordadas y sentimientos intensos. El que
egresa se va de escuela pero deja algo de cada uno en los proyectos y hace que
cada día debamos volver a pensar para que estamos donde estamos. Cada joven
deja su huella particular en los rincones de las aulas, en sus firmas en notas
y libros, en las letras de las planificaciones.
Pensar en las familias que solo cuando confían en sus
hijos el proyecto avanza, y así es posible el encuentro entre la enseñanza y el
futuro.
Pensar en los profesionales que hacen de la escuela
un lugar para encontrarle sentido al aprender, asumiendo que también nosotros
nos construimos en las aulas, debiendo desaprender algunas veces para poder
enseñar.
Pensar en los alumnos que seguirán descubriendo
saberes, demandando apoyos para lograr sus propios objetivos, posicionándose en
un mundo donde la diversidad se constituye como un valor.
Pero también deben
estar presentes en las palabras aquellos que este año ya no están en la
cotidianeidad de nuestras aulas, pero que son parte de nuestra historia
educativa. A Meli, alumna, que nos enseñó que la palabra “Ojalá” tenía todo el
sentido del mundo.
A Marta, profesora
jubilada, que transitó 25 años en esta institución enseñando y creyendo que
educar es una apuesta al futuro.
Deseo que el ciclo
lectivo que finaliza nos haya posibilitado a TODOS crecer y el que el próximo
año podamos seguir apostando a una educación que incluye, donde ser docentes y
estudiantes signifique dignidad y compromiso”.
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