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Apadim, la bisagra para la integración [lavoz.com.ar]

Compartimos la nota que publicó el domingo el diario La Voz del Interior a raíz de nuestro 50 aniversario. La editamos para incluir algunos elementos y adaptarla a nuestras pautas de estilo institucional de comunicación.
Cumple 50 años la entidad que desde Córdoba cambió el paradigma para la inclusión social de personas con discapacidad. Es referencia nacional en los proyectos que desarrolla. Más de 60 personas egresadas de los programas de capacitación trabajan hoy en empresas y organizaciones de Córdoba.
Por Noelia Maldonado

En encuentro de jóvenes de Córdoba. Foto APADIM
50 años atrás, cuando Laura Ceballos comenzó con un grupo de padres el proyecto de educación e inclusión de niños con discapacidad intelectual, seguramente no imaginaba que, varias décadas después, Apadim sería un ejemplo a nivel nacional.  Ceballos, mamá de una niña con discapacidad, estaba cansada de que la sociedad tomara el caso de su hija con vergüenza o lástima y, por eso, decidió buscar una alternativa y se juntó con otras familias en la misma situación y formaron la Asociación APADIM Córdoba.

Centro de estudiantes organizando sorteo de una camiseta
autografiada de Belgrano. Foto APADIM
La bisagra histórica que desde los años 60 sacudió todo lo que se conocía en torno a la discapacidad como tema, y que la institución fue asumiendo progresivamente como propia desde su creación, tiene que ver con el surgimiento del paradigma social en discapacidad, que vino a remplazar los modelos anteriores, basados en la exclusión, el ocultamiento, la marginación y posteriormente la normalización como requisito para la "inserción" social. De esta manera el ocultamiento en el interior de las familias (en palabras de David Paredes, coordinador del programa con jóvenes en APADIM, "el último patio de la casa. El lugar donde escondían al diferente de la familia”) es resultado de un modelo de prescindencia y marginación y antecesor de la invisibilización social que aún hoy caracteriza al colectivo.

En todo caso hoy, después de mucho trabajo realizado, y particularmente con las luchas de las propias personas con discapacidad y sus familias las cosas van mejorando para este colectivo, con más oportunidades de desarrollo y de participación activa en los distintos ámbitos de desarrollo humano: la educación, el trabajo, la cultura, etc.

Cambio de paradigma


Paredes rescata el carácter “vanguardista” que tuvo siempre Apadim proponiendo cosas nuevas, aunque asegura que hoy los chicos son los que interpelan. Por ejemplo, tienen casos de parejas que se han casado y saben que deben trabajar en talleres el tema de la educación sexual, algo que décadas atrás era impensado.
“Las demandas ahora las ponen ellos, con temas que nos interpelan”, dice Paredes, quien después de 25 años en la institución sabe reconocer los cambios.
Grupo del Centro de Orientación Labora. Foto APADIM
El presidente de la comisión directiva, Juan Carlos Figueroa, asegura que el trabajo fundamental que tienen hoy es el de “buscar un enfoque de derechos humanos que se apoye en la diversidad”, reconociendo a la persona con discapacidad como “sujeto de derecho”.
Asegura que faltan algunos cambios sociales y legales, por ejemplo que las personas con discapacidad estén habilitadas legalmente para tomar sus propias decisiones en términos jurídicos y económicos, algo que las declaraciones de insanía y curatela lo impiden. “Incluso se dan contradicciones de muchos jóvenes que son sobresalientes en su trabajo, tienen un sueldo y cobran por tarjeta, y quisieran ser propietarios de una casa, por ejemplo”, dice.
Norma Barata, quien coordina esta el programa de promoción sociolaboral, explica que para sortear los obstáculos lo importante es trabajar sobre la “desmitificación de las ideas que tienen las empresas sobre las personas con discapacidad intelectual”. Hasta el momento están orgullosos de poder tener a más de 60 jóvenes trabajando en distintos sectores, incluido el metalmecánico.

Diversidad y estimulación


Taller de familia, programa de inclusión educativa. APADIM
María Belén Agüero, del programa de inclusión educativa, explica que son exitosos los procesos de inclusión sobre todo cuando se inicia desde la educación inicial, desde los 3 y los 4 años. “Mientras más temprana es la inclusión de los alumnos en estos programas, más grandes van a ser los beneficios para el niño incluido y para la sociedad”, asegura.

Un ejemplo es el caso de José Antonio Cierra, un chico que desde los 4 años es alumno de la escuela Perú, en barrio Los Naranjos. Tanto su docente de ciencias sociales como sus compañeros de grado rescatan que la inclusión de José implica un ejercicio de “respeto” y “paciencia”.

Juegos y danzas.  Foto APADIM
Rocío Tavangari y Trinidad Paz Azcurra son jóvenes egresadas de la institución que trabajan en áreas educativas. Tavangari se desarrolla en una escuela y Azcurra en el Colegio Universitario de Periodismo. Ambas transitaron un largo camino de lucha para acceder a estas oportunidades y coinciden en algo: trabajar es un derecho. Rocío Tavangari va más allá y sueña con una pareja y una casa: “Sueño con un techo, una familia y tener esa otra vida que yo tanto quiero”.

El viernes próximo, la fiesta de los 50 años


Creada en 1966. Apadim fue fundada por un grupo de familias. Hoy es una organización referente, con un articulado abanico de programas y acciones que se organizan en distintos espacios y de las cuales participan unas 300 personas: niñas, niños, jóvenes, hombres y mujeres, y sus familias.

Equipo profesional. Más de 100 personas trabaja en distintos campos: educación, salud y rehabilitación, cultura e identidad, trabajo, sensibilización e incidencia pública.
En las Olimpíadas de Astronomía 2015
José Cierra y familia.  Foto La Voz

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