Del modelo médico al modelo social en discapacidad.
El sábado se realizó el tercer encuentro del curso
de Formación e Interdisciplina, propuesta académica pensada para compartir y
construir conocimientos, saberes y propuesta metodológicos de intervención,
desde el marco del trabajo interdisciplinario en los equipos.
La propuesta de la jornada estuvo en compartir el
enfoque integral de trabajo en equipo y cómo esta mirada debe propiciar al interior de los espacios de
rehabilitación, estrategias de intervención que den cuenta de las particularidades de los
casos y de las distintas situaciones de discapacidad.
De esta manera, el doctor Diego Rivarola realizó una
interesante clasificación de los distintos tipos de discapacidad identificando
las principales enfermedades relacionadas a esta limitación, para qué partiendo
de las generalidades de estos diagnósticos se pueda identificar situaciones que
son derivadas de esta patologías en los pacientes.
Identificar esto, no nos debe llevar a pensar que
las propuestas de rehabilitación son estandarizadas o son “receta magistral”,
sino pensar que, cada paciente es un individuo particular, que está inmerso en
un contexto familiar y social único, por lo tanto el tratamiento que se aplica
es para esa persona y para esa familia.
En este sentido, “la rehabilitación
y el enfoque médico biológico debe pensarse desde el modelo medico social y la
neurorehabilitación desde abordajes interdisciplinarios y multidisciplinarios”
comentaba Rivarola.
En este sentido, se realizó una distinción
entre los alcances de los abordajes interdisciplinarios, transdisciplinario y
multidisciplinario, y cómo estas perspectivas determinan los trabajos de
intervención y abordaje.
De acuerdo a la importancia de
definir que es la rehabilitación, cuál es su concepción teórica y el alcance
del mismo, Rivarola, explicaba que es fundamental comprender que las propuestas
de rehabilitación, se realizan desde enfoques y finalidades específicas, lo que
implica que tienen procesos y etapas con objetivos y metas claras, se
ajustan a las demandas y las capacidades de las personas.
Estas propuestas deben pensarse en conjunto a la
persona, la familia, las posibilidades reales de acceso a las prestaciones, el
ambiente y contexto familiar y cultural de la persona, ajustándose a sus
avances y decisiones.
En un segundo momento de la
jornada, el trabajador social, Maximiliano Aguirre, propuso la dinámica de
pensar que palabras, ideas, sentidos nos genera el concepto de discapacidad,
para ponerlo en común con la conceptualización
que la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con
discapacidad realiza de la misma.
Con esta idea Aguirre, propuso ser
un facilitador del encuentro, del diálogo y la idea de poder
construir saberes colectivos desde las posibilidades e intervenciones de
todos quienes cotidianamente trabajamos en discapacidad.
Para poder comprender el abordaje actual que debe
sustentar las prácticas de profesionales, familias, y toda la sociedad en
general, amparadas en un modelo social y enfoque de derechos, el licenciado
realizó un recorrido histórico de los modelos de discapacidad y como estos
fueron modificando y adaptando nuevas formas de abordaje, elementos nuevos y
miradas superadoras.
Si bien hay una secuencia histórica desde el
análisis sociológico en relación a como se vio la discapacidad a lo largo de la
historia, en la actualidad, todavía siguen enclavados ciertas concepciones que
vienen de modelos anteriores, como el modelo tradicional o el modelo
médico-rehabilitador.
En este sentido, el licenciado establece que las
legislaciones, la Convención Internacional sobre los Derechos de las personas
con discapacidad y la noción de discapacidad van a determinar las
intervenciones, las formas de vincularnos con la persona con diversidad
funcional y de abordar la problemática en conjunto con equipo
interdisciplinario.
En su trayectoria como trabajador social en el
ámbito de la discapacidad, el licenciado afirma la necesidad de que hay que
“salirse de los saberes específicos, corrernos de la especificidad” en los equipos
de trabajo para poder incorporar sin sesgos la mirada, los contextos y las
perspectivas de todos los que forman parte de los equipos interdisciplinarios
para proponer abordajes integrales.
Si entendemos la discapacidad como una resultante
de la relación de una persona con diversidad funcional y el entorno que puede
facilitar u obstaculizar su participación plena, esto nos interpela y obliga a
realizar análisis mucho más integrales de la situación.
Una jornada con temáticas específicas que sólo
pueden ser pensadas desde un enfoque integral, un marco de derechos y en
espacios de discusión y de acuerdo interdisciplinario en los equipos de trabajo
que abordan la temática de la discapacidad.
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