Fuente: "El esfuerzo que hacemos las personas con discapacidad es por una vulneración de derechos" en portal El Litoral.com
Trasladarse, hacer un trámite, estudiar o trabajar se hace más difícil por la falta de apoyos para estas personas. “No somos ni víctimas ni superhéroes”, sostiene la joven que tiene una columna sobre la problemática en Canal 7 y preside la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (Redi). El 3 de diciembre fue el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Agustina Mai - amai@ellitoral.com
“La discapacidad cobró más visibilidad en los últimos años, pero los medios de comunicación no siempre la muestran correctamente. Muchas veces nos tratan como ‘niños’, personas ‘asexuadas’ o como ‘víctimas’ de las circunstancias, con una mirada de lástima y compasión acentuada por la música de fondo que se elige, o como ‘superhéroes’ por lo que hacemos y logramos. Pero somos personas que si hacemos un esfuerzo para lograr ciertas cosas es por una vulneración de derechos”, planteó Verónica González Bonet, periodista que desde hace 6 años presenta una columna en Canal 7 que aborda la discapacidad desde un enfoque de derechos humanos. En ese espacio semanal se habla sobre salud, educación, trabajo, deporte, sexualidad, entre otros temas.
Trasladarse, hacer un trámite, estudiar o trabajar se hace más difícil por la falta de apoyos para estas personas. “No somos ni víctimas ni superhéroes”, sostiene la joven que tiene una columna sobre la problemática en Canal 7 y preside la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (Redi). El 3 de diciembre fue el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Agustina Mai - amai@ellitoral.com
“La discapacidad cobró más visibilidad en los últimos años, pero los medios de comunicación no siempre la muestran correctamente. Muchas veces nos tratan como ‘niños’, personas ‘asexuadas’ o como ‘víctimas’ de las circunstancias, con una mirada de lástima y compasión acentuada por la música de fondo que se elige, o como ‘superhéroes’ por lo que hacemos y logramos. Pero somos personas que si hacemos un esfuerzo para lograr ciertas cosas es por una vulneración de derechos”, planteó Verónica González Bonet, periodista que desde hace 6 años presenta una columna en Canal 7 que aborda la discapacidad desde un enfoque de derechos humanos. En ese espacio semanal se habla sobre salud, educación, trabajo, deporte, sexualidad, entre otros temas.
Imagen Verónica Gonzalez. Foto: Archivo El Litoral |
El trabajo de Verónica es novedoso no sólo por la temática y el enfoque en un programa televisivo, sino porque ella es una persona con discapacidad -preside la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (Redi)- que lucha por los derechos de este colectivo, algo poco frecuente. “Todavía se acepta y es algo que se naturalizó el hecho de que se hable en nombre de las personas con discapacidad. Hay una creencia de que los otros -padres, docentes, instituciones- tienen los conocimientos para hablar en nombre de. Pero en realidad de lo que se trata es de darle las herramientas a esa persona con discapacidad para que pueda expresarse. Aún en el caso de quienes tienen discapacidad intelectual, algunos se expresan correctamente y los que no, creo que hay que cambiar el enfoque: no es que no puedan expresarse, sino que los otros no los entienden. Entonces intervienen los padres, los docentes, las organizaciones. Es más fácil sobreproteger a un hijo con discapacidad que darle herramientas y eso redunda en una falta total de autonomía”, planteó la periodista.
Lo que falta
La adhesión de la Argentina a la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad fue un paso fundamental para avanzar en el reconocimiento de estos derechos, pero todavía quedan varias cuestiones pendientes. Para González Bonet hay que profundizar en leyes como la de salud mental que propone la desmanicomialización de los psiquiátricos o el nuevo Código Civil que establece la curatela como una excepción.
“Hay que trabajar para que realmente se cumplan porque todavía siguen existiendo instituciones psiquiátricas cerradas o la curatela sigue siendo la norma y no una excepción”, remarcó.
La periodista propone avanzar con una “ley de apoyo general a las personas con discapacidad”. “Las personas con discapacidad necesitamos diferentes apoyos. Por ejemplo una persona con discapacidad física puede necesitar ayudar para moverse, para limpiar su casa, hacer las compras o trámites”, detalló.
También es fundamental profundizar en el cumplimiento del cupo laboral. “Tenemos una ley de talleres protegidos de producción que son un espacio donde las personas con discapacidad se preparan para insertarse en el mercado laboral abierto, pero ese salto no siempre se da. La idea es que las personas con discapacidad tengamos la posibilidad de mejorar a través de un trabajo como cualquier otra persona”.
Además, González Bonet mencionó la accesibilidad a los medios de transporte públicos. “No todos los colectivos cuentan con rampa y si las tienen, no siempre funcionan”, reclamó.
Finalmente, la joven consideró que “todavía falta madurez” en el movimiento de personas con discapacidad. “En realidad no sé si hay un movimiento de personas, sino que se tratan de varias organizaciones que trabajan por las personas con discapacidad, pero que están muy divididas de acuerdo al tipo de patología que atiende cada una, cuando en realidad los derechos son los mismos para todas las personas más allá de cada patología”.
Según el último censo nacional, en el país hay al menos unos 5 millones de personas con discapacidad. “No somos pocos, pero los reclamos se diluyen porque somos pocos los que nos comprometemos y peleamos por nuestros derechos. Pero hay que entender que así como no todas las mujeres son feministas, no todas las personas con discapacidad se sienten parte de este colectivo. Además, es difícil lograr movilizarlas por la misma vulneración de derechos: para defender tus derechos primero tenés que saber que los tenés y tenés que tener las posibilidades y los medios para exigirlos. En este sentido, el acceso a la justicia tampoco es para todos”, concluyó.
“Hay que trabajar para que realmente se cumplan porque todavía siguen existiendo instituciones psiquiátricas cerradas o la curatela sigue siendo la norma y no una excepción”, remarcó.
La periodista propone avanzar con una “ley de apoyo general a las personas con discapacidad”. “Las personas con discapacidad necesitamos diferentes apoyos. Por ejemplo una persona con discapacidad física puede necesitar ayudar para moverse, para limpiar su casa, hacer las compras o trámites”, detalló.
También es fundamental profundizar en el cumplimiento del cupo laboral. “Tenemos una ley de talleres protegidos de producción que son un espacio donde las personas con discapacidad se preparan para insertarse en el mercado laboral abierto, pero ese salto no siempre se da. La idea es que las personas con discapacidad tengamos la posibilidad de mejorar a través de un trabajo como cualquier otra persona”.
Además, González Bonet mencionó la accesibilidad a los medios de transporte públicos. “No todos los colectivos cuentan con rampa y si las tienen, no siempre funcionan”, reclamó.
Finalmente, la joven consideró que “todavía falta madurez” en el movimiento de personas con discapacidad. “En realidad no sé si hay un movimiento de personas, sino que se tratan de varias organizaciones que trabajan por las personas con discapacidad, pero que están muy divididas de acuerdo al tipo de patología que atiende cada una, cuando en realidad los derechos son los mismos para todas las personas más allá de cada patología”.
Según el último censo nacional, en el país hay al menos unos 5 millones de personas con discapacidad. “No somos pocos, pero los reclamos se diluyen porque somos pocos los que nos comprometemos y peleamos por nuestros derechos. Pero hay que entender que así como no todas las mujeres son feministas, no todas las personas con discapacidad se sienten parte de este colectivo. Además, es difícil lograr movilizarlas por la misma vulneración de derechos: para defender tus derechos primero tenés que saber que los tenés y tenés que tener las posibilidades y los medios para exigirlos. En este sentido, el acceso a la justicia tampoco es para todos”, concluyó.
Lo que somos y quiénes somos
Por Antonio Rosmini - antoniorosmini88@gmail.com
A lo largo de la historia de la humanidad las personas con discapacidad (PCD) fueron vistas -y lo continúan siendo- a través de diferentes paradigmas: primero como personas que no servían, que no eran funcionales a las necesidades de la sociedad; luego como personas a rehabilitar, a las que se debía curar y así alcanzar parámetros de “normalidad”; en una última etapa -que estamos transitando- se está comenzando a pensar en las personas con discapacidad a partir de su característica esencial: el hecho de ser PERSONAS.
Este nuevo paradigma recién está comenzando a instalarse, ya que todavía a nivel social, político y cultural se generan dudas y hay quienes sostienen que las PCD no pueden valerse por sí mismas.
Frente a esto, la realidad dicta que ellas deban parecerse a los parámetros de normalidad ya preestablecidos por la sociedad, generando barreras que se encuentran en la misma y no necesariamente en la discapacidad. Olvidándose así que estas personas también tienen capacidades, ganas de aprender, superarse día a día, de darle algo a la sociedad y no de depender de ella.
Mucho se estudia en relación a las PCD desde diferentes ámbitos de investigación: médico, terapéutico, educativo, social, pero lo que está haciendo falta es interactuar con el sujeto como persona que es: ¿Qué sentís? ¿Qué deseas? ¿Qué querés? ¿Qué necesitás?
Pareciera que la palabra de un profesional está por sobre la de una persona ciega, sorda o hipoacúsica, o la discapacidad que sea, frente a lo cual creo que nadie es mejor que nadie, y veo la necesidad de que todos cuenten sus experiencias, sus conocimientos y que así se pueda allanar el camino hacia una mejor calidad de vida de las PCD.
No trabajemos con un paciente, trabajemos con un sujeto al cual se le pueda brindar herramientas y estrategias que le permitan desenvolverse en la vida diaria. Esto es un trabajo en conjunto, basado en el diálogo y el respeto mutuo. Démosles voz, permitamos que se manifiesten y aceptemos de una vez por todas que lo diferente no es lo malo, sino simplemente lo distinto, permitamos una ciudadanía donde las diferencias sean las que marquen un rumbo, un camino a construir puentes entre unos y otros aceptando al prójimo tal cual es.
Nuestro país y nuestra provincia tienen leyes que amparan los derechos de las personas con discapacidad, como así también se ratifica la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad a la que Argentina se encuentra adherida, cuestiones que desde lo jurídico dicen mucho, pero hace falta que esto se vea plasmado de manera tangible en la sociedad, por una educación accesible, por una salud accesible, por un trabajo accesible. Todos, independientemente de la etnia, credo o discapacidad, SOMOS PERSONAS.
A lo largo de la historia de la humanidad las personas con discapacidad (PCD) fueron vistas -y lo continúan siendo- a través de diferentes paradigmas: primero como personas que no servían, que no eran funcionales a las necesidades de la sociedad; luego como personas a rehabilitar, a las que se debía curar y así alcanzar parámetros de “normalidad”; en una última etapa -que estamos transitando- se está comenzando a pensar en las personas con discapacidad a partir de su característica esencial: el hecho de ser PERSONAS.
Este nuevo paradigma recién está comenzando a instalarse, ya que todavía a nivel social, político y cultural se generan dudas y hay quienes sostienen que las PCD no pueden valerse por sí mismas.
Frente a esto, la realidad dicta que ellas deban parecerse a los parámetros de normalidad ya preestablecidos por la sociedad, generando barreras que se encuentran en la misma y no necesariamente en la discapacidad. Olvidándose así que estas personas también tienen capacidades, ganas de aprender, superarse día a día, de darle algo a la sociedad y no de depender de ella.
Mucho se estudia en relación a las PCD desde diferentes ámbitos de investigación: médico, terapéutico, educativo, social, pero lo que está haciendo falta es interactuar con el sujeto como persona que es: ¿Qué sentís? ¿Qué deseas? ¿Qué querés? ¿Qué necesitás?
Pareciera que la palabra de un profesional está por sobre la de una persona ciega, sorda o hipoacúsica, o la discapacidad que sea, frente a lo cual creo que nadie es mejor que nadie, y veo la necesidad de que todos cuenten sus experiencias, sus conocimientos y que así se pueda allanar el camino hacia una mejor calidad de vida de las PCD.
No trabajemos con un paciente, trabajemos con un sujeto al cual se le pueda brindar herramientas y estrategias que le permitan desenvolverse en la vida diaria. Esto es un trabajo en conjunto, basado en el diálogo y el respeto mutuo. Démosles voz, permitamos que se manifiesten y aceptemos de una vez por todas que lo diferente no es lo malo, sino simplemente lo distinto, permitamos una ciudadanía donde las diferencias sean las que marquen un rumbo, un camino a construir puentes entre unos y otros aceptando al prójimo tal cual es.
Nuestro país y nuestra provincia tienen leyes que amparan los derechos de las personas con discapacidad, como así también se ratifica la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad a la que Argentina se encuentra adherida, cuestiones que desde lo jurídico dicen mucho, pero hace falta que esto se vea plasmado de manera tangible en la sociedad, por una educación accesible, por una salud accesible, por un trabajo accesible. Todos, independientemente de la etnia, credo o discapacidad, SOMOS PERSONAS.
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