Se trata de jornadas que buscan mejorar
la relación entre conductores del sistema de transporte urbano y personas con
algún tipo de movilidad limitada. El viernes pasado se realizó el primer
encuentro, del que participaron 40 choferes que aprendieron conocimientos
básicos para tratar a pasajeros en silla de ruedas y ceguera.
Se tratan de jornadas que buscan
mejorar el trato de tales conductores hacia las personas con discapacidad,
eliminando las barreras arquitectónicas y culturales que existen por desconocimiento
y falta de información.
La actividad es desarrollada por la
Secretaría de Coordinación General a cargo de Irma Pacayut, a través de la
Subsecretaría de Políticas Sociales y la Dirección General de Coordinación de
Políticas para Personas con Discapacidad.
El primer encuentro se realizó el
viernes pasado y participaron unos 40 choferes de distintas líneas y donde se
habló sobre el Certificado Único de Discapacidad y las tarjetas de pases libres
que permiten que las personas con capacidades especiales no abonen el boleto.
Durante la jornada se les aconsejó a
los conductores que no deben hacer bajar de la unidad a aquellos pasajeros que
tengan el carnet vencido, sino que se les expliquen que deben renovarlo
acercándose a las oficinas de Tarjebus, donde les indicarán cuáles son los
pasos a seguir.
También se destacó que una persona con
discapacidad puede subir y bajar de la unidad en cualquier calle (no
necesariamente en una parada), y se informó que los asientos de adelante son
los que deben usar las mismas, para agilizar el movimiento y evitar cualquier
posible accidente. Además se aclaró que no existe un número límite de personas
que pueden subir a un colectivo.
Los choferes también adquirieron
conocimientos sobre cuáles son las señas adecuadas para dialogar con personas
sordas y/o hipoacúsicas ante eventuales casos de emergencia. En cuanto al trato
y los conocimientos que se deben manejar para con quienes tienen cegueras
permanentes, los conductores aprendieron que los bastones de color blanco son
utilizados por personas ciegas, y los de color verde los usan las personas de
baja visión.
Asimismo demostraron, mediante una
breve caminata, cuál es el movimiento del bastón y la forma adecuada en la que
se debe acompañar a un ciego o disminuido visual: siempre el guía va un paso
adelante, y se lo toma del antebrazo por encima del codo.
La parte práctica consistió en vendar
los ojos de algunos voluntarios, y darles un bastón para que suban al
colectivo. Luego hicieron el mismo ejercicio pero subidos a una silla de
ruedas. Así se logró que, por un momento, resuelvan esa inquietud desde el
lugar de los que no pueden ver o caminar.
Fuente: El Litoral
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