El sábado 27 de junio en la sede de APADIM,
se dio inicio al curso de Inclusión Educativa: el valor social de la
diversidad, propuesta de formación que es una apuesta institucional de
concretar espacios académicos para junto a docentes y profesionales del área de
los tres niveles educativos brindar y compartir herramientas que permitan comprender
los procesos en Inclusión Educativa de niños y jóvenes.
“En un contexto de tensión sobre la modalidad
especial o común, la propuesta transversal que debe ser eje en las escuelas, es
que los jóvenes con discapacidad intelectual adquieran los conocimientos
pertinentes para poder leer y escribir, más allá de la escuela que elijan
transitar”, sostenía el Dr. Antonio Mitre invitado a compartir algunas palabras
como padre, médico e integrante de la comisión directiva de APADIM.
En este sentido afirmaba, que el
desafío de la escuela especial frente a los nuevos paradigmas es constituirse
como “un
espacio pedagógico y de valor educativo en donde niños, adolescentes y jóvenes
con discapacidad intelectual van a estudiar y aprender, a empoderarse de la
mayor cantidad de conocimientos que puedan multiplicar sus opciones para lograr
integrarse en la sociedad de manera plena, digna y sin menoscabos”.
Como espacio propenso al debate y a la
discusión, la jornada comenzó con la disertación de la Lic. Noelia Gaytán quién
propuso realizar un recorrido histórico de la discapacidad como un constructo
social que ha ido modificando sus definiciones y representaciones por la fuerza
de los cambios de las propias personas, instituciones y organizaciones de estos
colectivos a la luz de modificaciones en resoluciones, leyes y convenciones en
discapacidad.
Desde este contexto, la licenciada comentaba que
a partir del modelo social y la convención internacional sobre los derechos de las
personas con discapacidad, la persona adquiere nuevas formas de participar en
la sociedad, nuevas representaciones y espacios que repercuten en el ámbito
social, cultural, familiar y educativo.
Estas modificaciones interpelan las prácticas
profesionales y educativas en los procesos de inclusión escolar y al interior
de los equipos interdisciplinarios que trabajan en conjunto para propiciar la inclusión.
En este sentido, susciten en el entramado social
y en el ámbito educativo tensiones y contradicciones entre las resoluciones provinciales
y las convenciones internacionales que repercuten en el trabajo inclusivo de los
equipos, en las familias y en los niños y jóvenes que transitan estas propuestas
educativas.
Desde lo legal se plantea la necesidad de
respetar un parámetro de edad cronológica para la inclusión educativa,
desconociendo los procesos individuales de cada joven, sus trayectos educativos
con lo que implica la diversidad de la persona en sus tiempos educativos
reales.
Situaciones que susciten en el ámbito educativo,
con ejemplos y situaciones que los participantes reconocían en su escuelas,
desde la mirada de proponer como docente del aula estos espacios inclusivos,
pero destacando la falta de herramientas muchas veces de cómo solucionar estas cuestiones puntuales, ser facilitadores
en la construcción de este proceso inclusivo, y poder transitar estas
disposiciones legales de manera de no obstaculizar los procesos reales de cada
niño y joven.
La heterogeneidad de las aulas permiten pensar
en la diversidad de los que participan
del proceso educativo, niñ@s,, jóvenes y adolescentes que junto a docentes y
profesores se encuentran en el acto cotidiano del encuentro participativo para
adquirir conocimientos y saberes pertinentes.
Si proponemos pensar la diversidad como enriquecedora
de miradas y proyectos de vida al interior de las aulas, entenderemos que la inclusión
escolar para muchos niñ@s y adolescentes es posible teniendo en cuenta
determinadas singularidades, necesidades y contextos sociales para que esta
inclusión sea real, no ficticia ni inventada.
En este sentido debemos pensar estrategias de
apoyo que permitan transiciones educativas integrales de personas con necesidades
educativas derivadas de la discapacidad, como comentaba la Lic. Agüero, conocer las características, diferencias y similitudes
del autismo y el asperger, nos permiten tener una aproximación a las situaciones de niños y jóvenes que transitan estos síntomas,
pero no desde la normalización o homogenización de la patología, sino el poder
comprender, tener información para entender como este es uno de los factores
que pueden en conjunto con otras causas, propiciar que sucedan determinadas situaciones
áulicas, que en algunos casos al desconocer esto, son catalogados de “niños
inquietos”, “niños atrevidos o agresivos”.
Es decir, el conocer estas características generales
que pueden presentarse no están pensadas para clasificar y definir a la persona
en su integridad, sino deben permitir comprender determinadas acciones o
situaciones, configurando estrategias creativas y superadoras de esta
limitación, que sólo puede ser abordadas desde la singularidad de cada niño, de
cada familia y del contexto particular de ese niño en su diversidad.
Las necesidades y posibilidades específicas
de cada niño deben ser prioritarias a la hora de generar estrategias,
herramientas y métodos para generar procesos de inclusión escolar integrales, esto
solo es posible con la construcción de configuraciones de apoyo singulares, en
donde la especificidad sea la posibilidad de trabajar sobre modos de acceso al
contenido pedagógico y en algunos otros la adecuación curricular, pero no el
recorte y el vaciamiento de contenido.
Las profesionales destacaron la
importancia del rol del docente en el aula, como la persona que posibilita y
realiza el proceso inclusivo, en tanto que el equipo inclusivo de profesionales
es el dispositivo de acompañamiento y apoyo tanto del niño incluido como de la
docente en el aula.
Este trabajo articulado deber ser
pensado como estrategias pedagógicas que en conjunto, con miradas singulares
desde sus funciones y roles dentro del sistema educativo y en el aula, propicien
miradas inclusivas y de pertenencia grupal del niño o joven.
Un primer encuentro en donde las inquietudes,
situaciones áulicas de conflicto, casos personales, fueron generando nuevas
preguntas y repreguntas sobre nuestro modo de comprender el encuentro aúlico,
un lugar en donde la construcción de saberes y conocimientos es siempre
dialéctica y las formas de aprendizajes deben tener en cuenta las singularidades
de las personas que transitan el camino de la educación.
Un espacio pensado para construir y debatir la inclusión
educativa de las personas con necesidades educativas específicas derivadas de
la discapacidad, teniendo en cuenta que las condiciones legales,
institucionales y curriculares garantizan el pleno ejercicio del derecho a la
educación y posibilitan asegurar trayectorias escolares integrales.
El sábado 27 de junio en la sede de APADIM, se dio inicio al curso de Inclusión Educativa: el valor social de la...
Posted by Apadim Córdoba on Lunes, 29 de junio de 2015
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