"El
saldo del Cordobazo es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos.
Pero la dignidad y el coraje de un pueblo florecen y marcan una página
en la historia argentina y latinoamericana que no se borrará jamás. En
las fogatas callejeras arde el entreguismo, con la luz, el calor y la
fuerza del trabajo y de la juventud, de jóvenes y viejos, de hombres y
mujeres. Ese fuego que es del espíritu, de
los principios, de las grandes aspiraciones populares, ya no se apagará
jamás. En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio
de la voluntad soberana del pueblo, partimos esposados a bordo de un
avión con las injustas condenas sobre nuestras espaldas. Años de prisión
que se convierten en poco menos de siete meses, por la continuidad de
esa acción que libró nuestro pueblo, especialmente Córdoba, y que nos
rescata de las lejanas cárceles del sur, para que todos juntos,
trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las
religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para
construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del
hombre, sino su compañero y su hermano".
Agustín Tosco - 29 de mayo de 1969.
Que sucedió en el “ Cordobazo”.
El 29 de mayo de 1969 la sublevación popular que se
conoció como el "Cordobazo" asestó un golpe mortal a la dictadura del
general Juan Carlos Onganía, quien tras haber derrocado al presidente radical
Arturo Illia en 1966 había asegurado que la llamada "Revolución
Argentina" no tenía plazos en el tiempo.
El "Cordobazo" representó, de alguna manera,
la etapa superior de una serie de sublevaciones que se venían dando en todo el
país y que en la provincia de Córdoba tuvo un fuerte contenido de unidad entre
los trabajadores y el movimiento estudiantil.
La ciudad de Córdoba era la capital industrial de las
provincias con la instalación de las fábricas de automotores como Fiat y
Renault, lo que había generado el crecimiento de una fuerte clase obrera
combativa, cuyos máximos referentes fueron, entre otros, Agustín Tosco y René
Salamanca.
La dictadura de Onganía congeló los convenios
colectivos de trabajo y los salarios y la respuesta de las regionales
cordobesas de SMATA, Luz y Fuerza y la UTA fue convocar a un paro general.
El 29 de mayo los trabajadores se movilizaron hacia el
centro de la capital cordobesa y rápidamente recibieron el apoyo de los
estudiantes universitarios y parte de la población que levantó barricadas para
enfrentarse a la policía.
Ante la magnitud de la movilización, Onganía envió a
tropas del Ejército y durante los enfrentamientos, que duraron tres días, se
produjeron 16 muertos, decenas de heridos y una numerosa cantidad de detenidos,
entre ellos los principales dirigentes sindicales clasistas.
La dictadura intentó aplacar la protesta social, que
se incrementó después del "Cordobazo" reemplazando a su ministro de
Economía, Adalbert Krieguer Vasena, por Dagnino Pastore, pero incrementó la
represión y al poco tiempo obreros y estudiantes protagonizaron el
"Viborazo" en la provincia.
"Vengo a cortar la cabeza de la víbora",
había dicho el interventor de la gobernación enviado por Onganía para
restablecer el orden.
La espiral ascendente de la protesta social convenció
a un sector de las Fuerzas Armadas -los "liberales" encabezados por
Alejandro Agustín Lanusse- que la etapa de la "Revolución Argentina"
había llegado a su fin.
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