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Reflexiones sobre el 12 de octubre.


Compartimos una interesante reflexión sobre el 12 de octubre, elaborada por Graciela Almarza, mamá de Gonzalo Genaud, alumno de la propuesta no graduada del nivel medio de la Escuela.
En la misma, Graciela comparte su opinión sobre el alcance de las acciones “heroicas” que ocasionaron “el comienzo de una nueva vida para muchos, y el final para otros”; propone una aguda reflexión del alcance y las implicancias de la conquista en los pueblos; y como hoy la palabra Respeto en todas sus formas es la “clave para un mundo mejor”.
Agradecemos nuevamente a la familia Gonzaud, este gesto de participación y de opinión frente a una temática que merece discusión y debate intenso en las aulas de todas las escuelas del país.
“Es muy difícil reflexionar sobre un acontecimiento de tamaña magnitud. Fue el comienzo de una nueva vida para muchos, y el final para otros.
Los conquistadores, sumergidos en sus ansias d e éxito y reconocimiento, tanto económico como personal por sus acciones heroicas cometieron excesos propios de quienes tiene un objetivo fijo, ambicioso y desmedido. Quizás también pecaron de ignorantes, para ellos el nuevo mundo era algo que necesitaba ser salvado de la “ignorancia” y tenia que ser “convertido” a la “religión verdadera”.
Debemos comprender que los conquistadores de esa época, tenían unas vidas más cercanas a la pobreza, la ignorancia y el peligro que a la posibilidad de la reflexión sobre el impacto que estaban causando. Creo que recién los jesuitas, con sus comunidades, en muchas de las cuales se respetaba en parte la ideología de los pueblos originarios, fueron los únicos que pensaron en una integración con las diversas culturas que existían en América.
Pero también debemos reconocer algunas de las ventajas que tuvo la conquista, nosotros, hijos de europeos en su mayoría, pudimos nacer en estas tierras maravillosas y construir nuestras vidas. La conquista es una herida, creo que aún abierta para muchos, para los pueblos originarios que se vieron desplazados de sus tierras, que vieron arrasar su cultura y tuvieron que abrazar por obligación, una religión extraña y sufrir el sometimiento y los abusos de un dominador implacable. Y también esta el sufrimiento, el desarraigo y el dolor de quienes tuvieron que aventurarse en un viaje sin garantías, enfrentando la muerte a cada paso, descubriendo de manera violenta y avasallante un mundo nuevo que como un espejismo detrás de las maravillosas playas, selvas y riquezas naturales, encerraba peligros jamás antes enfrentados.
Han pasado siglos, y aún sufrimos el impacto de esta conquista, aunque a veces, debido al trajinar en nuestras vidas, hacemos oídos sordos ala súplica de los que aún hoy, viven en la opresión y el olvido.
Recordemos este día, como el impacto del nacimiento, la madre que sufre los dolores, el niño que nace, dejando un lugar de placidez, reparo y seguridad, para enfrentar un nuevo estado. Ambos sufren, pero ambos gozan, al final, en el cambio de sus vidas.
Miremos estos acontecimientos a la luz de la tranquilidad y la reflexión, con la promesa de ayudar a la integración y revalorización de las diferentes culturas de los pueblos originarios.
Muchas veces nosotros, actuamos como conquistadores, queriendo imponer nuestras creencias y costumbres a quienes son diferentes, quizá no de la misma manera que ellos, pero en menor medida. Aprendamos a respetar al diferente, sea cual fuere, aprendamos a respetar la diversidad en el pensamiento, el de la cultura, en el aspecto físico, en la forma de vivir. Creo que con la palabra RESPETO es la clave para un mundo mejor, no el progreso económico ni tecnológico, el respeto por la vida, en cualquiera de sus formas, el respeto al pensamiento y la ideología, cualquiera sea, mientras no perjudique a ningún ser. Vivamos tranquilos en la paz del respeto y el amor entre hermanos".
Graciela Almarza, mamá de Gonzalo Genaud.

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