Formas primitivas de reducción a la servidumbre, atropellos a la dignidad, violación de todos los derechos humanos, costos laborales inexistentes, altos ingresos de las empresas “contratantes”, precarización y flexibilización de las condiciones laborales. Una larga lista de omisiones legitimadas en prácticas mercantilistas de grandes corporaciones extranjeras ajenas a legislaciones adecuadas, instaladas en zonas pobres y sumidas en la clásica formula de costo – beneficio.
La realidad es contundente: prolongación de jornadas laborales, trabajo no clasificado de mano de obra humilde (mano de obra “barata”), bajos costos de instalación en territorio nacional, exenciones impositivas agravadas con el nulo control y regulación de lo que se produce y del impacto ambiental de dichas actividades. La formula resultante es clara: altos rendimientos de la empresa, bajos costos e inexistencia de condiciones saludables para el trabajo.
Aún así y con consternación, bajo el peso legítimo de las imágenes y testimonios de los trabajadores involucrados, que recorrieron el mundo causando conmoción en diversos países, algunos medios califican la situación de mentiras mal intencionadas. (diario La Nacion: Trabajo esclavo: más mentiras intencionadas )
Se destaca en esta publicación que la situación no solo es “ajena a la realidad” sino que es más simple aún y estaría en la: “utilización política y electoral del gobierno un derrotero que el Gobierno viene siguiendo con toda vehemencia y perversidad desde el inicio de las administraciones kirchneristas”
En este sentido ratifica esta persecución al aclarar: “ahora resulta que empresas de renombre reconocido en el mundo, que están sujetas a todo tipo de regulaciones e inspecciones, son acusadas de conformar nidos de explotación humana del tipo de las más perversas del globo”.
El tema esta abierto. La cadena de responsabilidades es extensa, y debe involucrar y comprometer a todos los estamentos del Estado para un real funcionamiento de un sistema democrático, del que todos somos parte responsable.
La encrucijada radica en promover la efectividad de un modelo de control riguroso de las actividades productivas, modo de instalación de las corporaciones y seguimiento de sus resultados, con la erradicación total de estas prácticas de mano de obra “barata” en el territorio nacional. La omisión o la ineptitud, solo mostrará la carta de un gobierno involucrado en un sistema capitalista, carente de medidas intervencionistas, que no puede definir con una acérrima voluntad política imponer otra realidad, desarticular el increíble rédito económico de estas actividades y no recurrir a los axiomas postulados en este neocolonialismo del que hoy el país es parte.
* Lic. Mª Josefina Blanco Pool.
Comunicación INstitucional.
APADIM Córdoba.
Fuente utilizada: Trabajo esclavo: más mentiras intencionadas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario