Puntualmente, en la actual ley, se introdujeron reformas a artículos centrales del proyecto originario de la COTBN, dando un giro sustancial en sus objetivos. Sin ir mas lejos, se cambió el concepto de “protección” de los bosques nativos, reemplazándolo por la idea de “explotación racional”. Se modificó el concepto de bosque (entendiendo por este solo al árbol adulto, y no a todo el ecosistema). También se permite la producción agropecuaria en zonas donde se encuentren reservas hídricas (lo cual era considerado en el proyecto primero como uno de los lugares que requerían mayor protección, por ser fuente de agua). Se promueve que en zonas reservadas para la protección, si sufrieren incendios, pasen a ser aptas para explotación, dejando de ser consideradas zonas a proteger. Además, se eliminan los mecanismos de control social que se preveían en un principio (mediante los cuales, la población de cada lugar hubiera participado de las instancias de decisión sobre el destino de sus bosques aledaños).
Estas son, en resumidas cuentas, algunas de las principales diferencias de fondo entre el proyecto originario de la COTBN y el finalmente votado. El primero de ellos, producido a partir del requerimiento de la ley de bosques nacional, que solicitaba que las reglamentaciones provinciales se efectuaran mediante procesos participativos; y el segundo, producto de un proyecto presentado poco antes de la votación, generado principalmente por Unión por Córdoba y Unión Cívica Radical, sin proceso participativo alguno.
Los pasos a seguir, afirman, están en parte, en las acciones judiciales que se iniciarán en pos de la declaración de inconstitucionalidad de dicha ley. Y por otro lado, en la extensión del reclamo, para que la población se entere que lo que se votó es lo que se ha dado en denominar “ley de desmonte”.
Con este trasfondo es que se desarrolló la caminata, la cual partió desde la Secretaria de Ambiente, pasando por el Ministerio de Agricultura, para culminar en la Legislatura. Allí se leyó una declaración, redactada por la “Asamblea Pachamamushka -asamblea por los bosques nativos”, que se generó a partir de la sanción de esta ley, a causa del descontento con la misma. Luego se expusieron los nombres de los legisladores que avalaron el proyecto de UPC y UCR convertido en ley, extendiendo en el piso, carteles de cartón con cada uno de los nombres, a modo de denuncia pública. El objetivo: que se visibilizara públicamente a los que se considera los responsables de la ley votada.
Los carteles de los manifestantes expresaban las dicotomías entre el piqullín, o el algarrobo, frente a la soja; pedían por el derecho el agua frente a las ganancias económicas; declaraban el descontento con los que debieran ser los representantes de la población. En esos carteles, pegados cada uno sobre una cruz, podía verse la metáfora quizás del peligro latente de una muerte, una desaparición de lo que engendra vida: el bosque.
*Autor: Ayelén Sanchez.
* Foto: Milva Valor.
Estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Información. Universidad Nacional de Córdoba.
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