El trabajo docente es parte del desarrollo vocacional y profesional de un gran grupo de trabajadores cordobeses. Tenemos una función de suma importancia: ir formando ciudadanos, no sólo aportándoles contenidos curriculares, sino enseñándoles la importancia de su participación ciudadana en la comunidad.
Hoy los maestros reclamamos un salario digno. Pensar que somos unos de los grupos docentes que más cobran en el país, como dice el Sr. gobernador, no ayuda para poder capacitarnos y comprar material en esta provincia, ni para llegar a fin de mes, ni para pensar en cubrir gastos, ni para afrontar el pago de los impuesto muchas veces.
Nos dicen ilegales… qué duro es pensar que somos ilegales por responder a una provocación, por buscar una forma de abrir el dialogo, por pensar que los derechos se defienden ejerciéndolos.
Como docente me duele pensar que nuestros alumnos, y nuestros hijos, no pueden ir a la escuela, que los procesos de aprendizajes se han vuelto intermitentes, que los contenidos han quedado suspendidos en el tiempo hasta nuevo aviso, y que en medio de todo esto escuchen hablar de sus maestros como quienes no respetan la ley.
Los maestros queremos estar en las aulas, en medio de la clase, corrigiendo cuadernos, escuchando a los alumnos, planteando problemas entre cantidades de manzanas para distribuir entre cantidades de niños, escuchando a padres e intentando orientarlos sobre las posibilidades de sus hijos.
No queremos estar ni en nuestras casas, ni caminando en las calles para reclamar por nuestros derechos. Nuestra vocación, nuestra alegría profesional está en las aulas, queremos poder capacitarnos, estudiar, investigar, producir conocimiento. Hoy nuestra realidad salarial no lo permite, por lo que muchos maestros lo hacemos nuestro esfuerzo y el de nuestras familias.
Elegí ser maestra… no una ilegal.
Lic. Ester Frola
Dir. Escuela de Formación Integral y Capacitación Laboral.
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