Un relevamiento regional lo ubica tercero entre 16 latinoamericanos, después de Perú y Costa Rica.
Detrás de Perú y Costa Rica, la Argentina aparece entre los latinoamericanos que más y mejor integran a los sectores empobrecidos al sistema educativo. Por ende, son los que registran mayor tasa de escolarización general en el nivel medio. En el ranking global de adolescentes incluidos en el sistema educativo, la Argentina encabeza el primer puesto según datos del año 2006 relevados entre 16 países, por el Sistema de Información de Técnicas Educativas de América latina (Siteal). No obstante, el país se ubica en el tercer lugar en cuanto a la integración de chicos con bajo capital educativo (aquellos en los que el promedio de años de escolarización de los miembros del hogar mayores de 17 años es inferior a seis). Supera a Brasil, Chile, México y Uruguay. El informe regional muestra que los sectores sociales altos están integrados casi en su totalidad a los sistemas educativos de cada uno de sus países. Por el contrario, los sectores sociales desfavorecidos presentan un comportamiento heterogéneo.
No es lo mismo ser pobre en Guatemala que en Argentina, en Nicaragua o en Perú. El estudio de Siteal concluye que la pertenencia a grupos sociales acomodados determina una probabilidad alta de escolarización, más allá de cuál sea el país. La pertenencia a los más bajos implica que existirán distintas posibilidades de escolarización según la nación de referencia. En esta franja, los condicionantes para acceder a la educación media son muy distintas. Esto se expresa en el nivel de la tasa neta de escolarización secundaria que varía entre 23,4 por ciento y 72,5 por ciento. "Según el país que se habite, la probabilidad de acceso del mismo grupo social a la escuela secundaria varía enormemente", dice el documento. La distancia que separa a los sectores empobrecidos de Guatemala y Perú es de casi 50 puntos, mientras que la que separa a estos dos países entre los de capital educativo alto es de 13 puntos. Cuando se compara la situación de los países se observa que el coeficiente de variación entre los pobres alcanza el 33 por ciento, mientras que en los sectores altos se reduce a seis por ciento.
Desigualdad en el acceso. La probabilidad de que un adolescente proveniente de hogares con capital educativo alto (aquellos en los que el promedio de escolarización de sus familias es superior a los 12 años) acceda al nivel medio es muy alta en cualquier país que se analice. La gran mayoría se ubican por encima del 80 por ciento y la mitad supera el 90 por ciento. El 92,1 por ciento en la Argentina; el 95,9 por ciento en Perú; el 93,5 por ciento en Brasil. Aquí las fronteras nacionales son menos precisas: se trata de personas con recursos económicos que ingresan a un nivel educativo creado para ellos. ¿Es la escolarización de los sectores sociales más empobrecidos la que da cuenta de los distintos niveles en la asistencia del país?, se pregunta Siteal. Esta relación puede apreciarse al verificar la correlación entre la tasa neta de escolarización secundaria total de cada país y la correspondiente a los hogares con distintos capitales educativos.
Los datos muestran que la tasa de escolarización refleja la situación de los sectores más pobres más que la de los medios, y mucho más aún que la de los altos. Es decir que a medida que aumenta la escolarización de aquellos con capital educativo bajo aumenta el nivel de la asistencia general en el país. "Las altas tasas netas de asistencia al secundario se corresponden con países donde los adolescentes que provienen de sectores bajos están en altas proporciones incorporados al sistema educativo", dice el informe. Por ende, los países que no han incorporado a sus sectores más bajos son aquellos cuyas tasas de escolarización son menores. Los carentes de recursos quedan "atados a las posibilidades que le ofrece el lugar en que les tocó nacer", concluye Siteal.
Fuente: La Voz del Interior.
Fuente: La Voz del Interior.
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