La matemática y los problemas le temen a Micaela.

La mochila de oxígeno que usa no le impide destacarse en las Olimpíadas.

En el último barrio de Córdoba, hacia el este de la ciudad, Micaela Cajide logra algo increíble: que los problemas dejen de serlo. Al menos para ella, una niña alegre que podría ser el ícono de Adrián Paenza. Es fanática de la matemática, convive con una mochila de oxígeno desde hace una década, tiene una familia numerosa (siete hermanos, el más chico de un mes), un papá albañil enyesado y una mamá que se desvive por sus hijos.
Micaela es de esas nenas con las que da gusto hablar. Nos recibe en su escuela, la municipal Julio González, de barrio Arenales. Hoy cumple 11 años, pero no lo dice hasta que se lo preguntan. Le gusta hablar y tiene un excelente sentido del humor. Bromea con su maestra de quinto grado "B", Marta Filippi.
Micaela está ansiosa. En pocos días se darán a conocer los resultados de las Olimpíadas Ñandú de Matemática, en su ronda regional, que se disputó en el Liceo Militar. Si gana, viajará Mar del Plata. Será todo un desafío. No sólo porque razonará mucho sino que tendrá que ver cómo cargar su mochila de oxígeno que le permite sobrellevar una enfermedad pulmonar (Epoc por sus siglas) de la que se encarga el Hospital de Niños. La mochila se vacía cada siete horas. Pero seguro no será problema porque, dice, "no le gusta darse por vencida".
La niña tiene una larga experiencia de éxitos. Ya pasó cuatro instancias de competición matemática y el año pasado salió subcampeona en la municipal.
–¿El secreto del éxito?
–Tener fe en uno mismo.
Además de ser excelente alumna, Micaela es cuentista de chistes. También es buena en eso. La directora, Beatriz Mataloni, no se cansa de elogiar su espíritu. "Estudio para aprender y ser algo en la vida", dice la nena. La mamá sueña con verla cursar el secundario en un colegio privado. Para lo cual necesitaría una beca. Su papá, con verla como "contadora de un banco". Micaela no pide nada. Sólo espera la autorización médica para espaciar el uso del oxígeno y, claro, pasar a la instancia olímpica nacional. "Si no, será el año que viene", dice, por supuesto, sin problemas.

Para ayudar. (0351) 433-5113.