Las contradicciones del discurso sobre discapacidad

-Necesito una lista de nombres de personas que
puedan testificar que eres un buen padre a pesar de tu minusvalía;
no quise decir tu minusvalía, tu discapacidad. El hecho de que
eres retrasado, ay, no, no es la palabra correcta... no se como llamarte
-Sam, puedes llamarme Sam.
“Mi nombre es Sam”, 2001

Trabajar en el ámbito de la comunicación y el discurso, relacionado a la discapacidad, implica enfrentarse a una contradicción. El discurso cosifica. Cada enunciado representa algo de la realidad. Si ese objeto es una invención artificial, una categoría analítica que reúne elementos que no tienen otra vinculación identificatoria que un estigma, entonces dicho enunciado sufre modificaciones semánticas de acuerdo a los cambios que presenta la carga semántica del propio estigma.
Por esta razón, emergen los eufemismos como formas de nombrar lo innombrable, cuyas connotaciones también van mutando de acuerdo a las modas. Por esta razón, términos que en un momento parecen ser más adecuados para darle nombre a fenómenos de la realidad que resultan incómodas para los hablantes, pierden esa cualidad con cambios de representaciones.
De esta forma, la comunicación de la discapacidad enfrenta la necesidad de superar las discusiones respecto de eufemismos (en el amplio sentido de la palabra, no sólo limitado a la comunicación verbal)

Del mismo modo que Sam resuelve el conflicto diciendo él como desea ser llamado, así debe resolverse... La lucha u objetivo último que puede erigirse desde la comunicación social en el ámbito de la discapacidad es que las propias personas decidan la forma en que la sociedad debe nombrarlas, identificarlas...

Martín Passini.