El pasado domingo 4 de noviembre a las 19 hs se realizó la inauguración de la Muestra “ Proyecto 12” simultáneamente en Casa 13 (Pje. revol entre Belgrano y Cañada) y el Solarium del Paseo de las Artes (Belgrano y Pje. Revol).
La muestra reúne las obras y procesos de nuevos artistas que trabajan en dos Proyectos de Extensión Universitaria en la Institución APADIM, con la presentación de dibujos, pinturas, objetos y bordados, como el producto final de un año de intenso trabajo.Con un importante margen de público, los visitantes pudieron disfrutar las obras de los expositores, quienes presentes en la inauguración se mostraron muy a gusto con sus trabajos y dispuestos a comentar sus obras.
Los artistas que participan de la muestra son: Guillermo Golubko, Guillermo Díaz, Andrés Massa, Fabricio Medrano, Rocío Tavangari, Lucila Pérez, Claudia Domingo, Laura Rodriguez, Horacio Bessone, Mario Fores, José Vocos y Juan Cuello.La curación y el montaje estuvo a cargo de los profesores, Germán Tártara, Andrea Martínez, Florencia Bessone y Soledad Sgarella.La muestra estará abierta al público hasta el 19 de noviembre.
A continuación compartimos el texto elaborado por el curador Juan Der Hairabedián sobre el impacto visual y la creatividad de las obras de los artistas.
Les papillons de Dubuffet
Estoy completamente convencido de que cualquiera, sin ningún conocimiento o habilidad especial, sin que en absoluto tenga que tener en consideración supuestas disposiciones naturales, puede dedicarse al arte con plenas garantías de éxito.
Jean Dubuffet
Esta frase tan subversiva como certera, refleja el espíritu anarquista con el cual el padre del Art Brut miraba y admiraba aquellos dibujos, objetos y formas creadas por personas ajenas a la Cultura con mayúsculas.
Sin detrimento del saber experto es evidentemente cierto que el arte tiene, en su posibilidad social más amplia, la particularidad de llegar a todo aquel que se permita y se disponga a la experiencia estética.
Hay sin embargo en la afirmación de Dubuffet un término que es preciso subrayar, y es justamente el término dedicarse. El arte como cualquier otra disciplina precisa de dedicación, tanto en sus momentos de producción como en los de recepción, y así también en los momentos de mediación entre esos otros dos momentos.
Los procesos transformadores y los desarrollos se cumplen por regla general en la frecuentación, en la constancia, en la progresión. Aún cuando hagan eclosión en un instante, es ese instante el emergente de lo que ha crecido más allá de la superficie durante un espacio de tiempo determinado.
Y esto es lo que demuestra el conjunto y cada uno de los integrantes que asisten al taller que coordinan en APADIM Córdoba, Florencia Bessone, Andrea Martínez, Soledad Sgarella y Germán Tártara, y que emergen nuevamente con sus trabajos en esta exposición. Sus planteos son tan variados como personales y obedecen a las propuestas que cada uno asumió para desarrollar en el marco del taller.
Así nos encontramos con las pinturas de exacerbado gesto y colorido de Juan Cuello, o con las de Lucila Pérez y las de José Vocos que gozan de igual intensidad pero con un gesto mucho más controlado en la definición del motivo, generalmente ligado a la organicidad de la vegetación. Este gusto por las plantas también aparece en los trabajos de Laura Rodríguez que transita con total fluidez desde el simple dibujo a sutiles acuarelas o al bordado con hilos sobre géneros de colores vibrantes. El motivo se aleja y se pierde en el contexto de los paisajes de pinceladas más o menos traslucidas de Mario Flores, o simplemente desaparece en las acuarelas y aguadas reticulares de Horacio Bessone. Un terreno intermedio entre la pintura y el dibujo es abordado por Claudia Domingo quien se vale del collage para sus retratos masculinos. El retrato mediante el dibujo estrictamente monocromático es asumido por Guillermo Díaz en sus retratos de familiares, por Fabricio Medrano con los retratos de trabajadores y por Andrés Massa en sus autorretratos plagados de humor. Finalmente las propuestas tridimensionales vienen de la mano de Rocío Tavangari con sus coloridos bichos blandos realizados en telas, lentejuelas, botones y costuras y también en las arquitecturas de cartón de Guillermo Golubko.
Volviendo a Dubuffet, muchas veces me pregunté qué lo habrá motivado a coleccionar mariposas e incluso a realizar collage con sus alas. ¿Habrá sido el color y la irregularidad de las mismas? ¿O simplemente se trataba de una costumbre un tanto incomprensible para mí? De todos modos a las mariposas siempre las he preferido en ese vuelo irregular y silencioso que las caracteriza, destellando luz desde sus alas en días soleados.
Juan Der Hairabedian.
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