Parece mentira, pero en este paraíso de las sierras cordobesas se está librando una descarnadalucha por la supervivencia, y los que la combaten lo hacen con uniformes blancos. El escenario es al sur de Calamuchita, unos 20 kilómetros al oeste del pueblo de La Cruz, en cumbres desde las que se avista el lago de Embalse y al que llegan de lunes a viernes los niños, muchos a lomo de caballo, hasta la escuelita de El Espinillo. El enemigo de toda la región es conocido: el avance de la frontera agrícola, el monocultivo de la soja y el desarraigo, que ponen en jaque el modo de vida rural que los maestros y familias de la zona intentan defender a pesar de los parajes abandonados, las aulas vacías y tierras en poder de grandes productores.
Sandra Suárez, docente de una escuelita cercana, maneja el Ford Falcon hasta el establecimiento J.M. Estrada. Aquí, en El Espinillo, se juntan hoy los maestros y alumnos de las escuelas rurales de la zona, algunas distantes a 40 kilómetros, con matrículas en promedio de 7 alumnos (pero eso incluye establecimientos con uno o dos chicos) para sentir que no están solos en la pelea.
El proyecto que alimentan desde hace dos años es "Unidos en la Identidad Rural", pero dicen que no consiguen que las autoridades instrumenten políticas educativas que alienten la construcción de, justamente, una forma de vida rural, incorporando los avances de la tecnología, en escuelas en la que el Estado llega de la mano de pantallas solares para la provisión de energía, que todavía no están en funcionamiento, y la energía eólica que sólo pueden aprovechar si soplan vientos fuertes, porque las baterías están agotadas.
“Un objetivo es socializarnos, ya que las escuelas tienen la matrícula muy baja: hay hasta escuelas con un solo chico (como la de Cerro San Lorenzo). El segundo es recuperar la autoestima rural”, dice José "Beto" Gómez (46), maestro de una escuelita del paraje San Francisco. Durante el encuentro, las mismas madres que traen a sus hijos a caballo, a veces con viajes de hasta una hora a campo traviesa, les sacan fotos con teléfonos celulares a los chicos que interpretan una obrita de teatro. Tecnología y vida rural no están divorciadas. Flavia Domínguez, la docente de la escuela J.M. Estrada, sede de esta reunión (una maratón de lectura), dice: “en el bajo los pequeños propietarios están vendiendo ante el avance del cultivo de soja, y en las sierras, también, porque los animales que crían no valen, y las escuelas se están quedando sin alumnos”. “Por eso, queremos sembrar en los chicos que si se tienen que ir a otro lado a estudiar una carrera, cuando terminen, que vean la forma de volver y de hacer aquí sus familias".
“Un objetivo es socializarnos, ya que las escuelas tienen la matrícula muy baja: hay hasta escuelas con un solo chico (como la de Cerro San Lorenzo). El segundo es recuperar la autoestima rural”, dice José "Beto" Gómez (46), maestro de una escuelita del paraje San Francisco. Durante el encuentro, las mismas madres que traen a sus hijos a caballo, a veces con viajes de hasta una hora a campo traviesa, les sacan fotos con teléfonos celulares a los chicos que interpretan una obrita de teatro. Tecnología y vida rural no están divorciadas. Flavia Domínguez, la docente de la escuela J.M. Estrada, sede de esta reunión (una maratón de lectura), dice: “en el bajo los pequeños propietarios están vendiendo ante el avance del cultivo de soja, y en las sierras, también, porque los animales que crían no valen, y las escuelas se están quedando sin alumnos”. “Por eso, queremos sembrar en los chicos que si se tienen que ir a otro lado a estudiar una carrera, cuando terminen, que vean la forma de volver y de hacer aquí sus familias".
Cuando culmine la reunión, Sandra llevará en su Falcon al único alumno de su flamante escuelita de Tala Cruz (en realidad un “aula anexo”) que participó de la jornada, y que la noche anterior había parado en su casa, junto a sus hijos. A pesar de que les mandó mensajes de texto a los padres, no llegan: el chico se irá trepando las serranías, en la hora mágica, cuando el sol comience a retirarse y la luz del atardecer cierre otro capítulo más de la batalla por la identidad rural.
5 comentarios:
hola, somos egresados de la Escuela de Ciencias de la Información de la UNC, estamos interesados en la problemática que atraviesan las escuelas rurales. Leyendo esta nota pensamos en la posibilidad de contactar a la gente de "EL ESPINILLO" para realizar un proyecto conjunto. Qué contacto tienen ustedes con ellos? Podrían enviarnos algún tipo de información? desde ya muchas gracias.
diemarlucero@hotmail.com
julietalazzarino@hotmail.com
Julieta Lazzarino y Diego Lucero
Hola mi nombre es Maria y quisiera saber con quien contactarme para poder colaborar con donaciones, desde ya les agradezco. Mi mail es merybgp@hotmail.com
HOLA MI NOMBRE ES VANINA Y QUISIERA SABER SI PUEDEN ENVIARME ALGUN TELEFONO O DIRECCION DE ALGUN DOCENTE DE LA ESCUELA DEL ESPINILLO.
MUCHAS GRACIAS.
MI MAIL ES vaninasadoux@hotmail.com
Hola somos estudiantes de comunicacion audiovisual y nos gustaria hacer un trabajo audiovisual de esta escuela?? algun contacto o indicaciones de como llegar por favor asi nos ponemos en contacto con estas personas!! Gracias!
Hola mi nombre es Romina y soy docente en una escuela rural de la localidad de Arroyo Cabral, me interesaría poder contactarme con alguien de estas escuelas rurales para entregar donaciones a través de una proyecto de solidaridad que tenemos junto a otras dos escuelas rurales. Gracias.
Mi mail es ro_21_d@hotmail.com
Publicar un comentario