Un grupo de internos de la cárcel de Bouwer se anima a hacer teatro en la Escuela Juan Filloy que funciona en la unidad penitenciaria.
Cuatro hombres arman un mensaje sobre el telón rojo del salón de la Escuela Juan Filloy. Fijan con alfileres letras celestes. Son los integrantes del Taller Los de Adentro que van a presentar La nocturna, sketch humorístico de creación colectiva, con dirección de Rubén Martín.La particularidad de la situación está en el espacio, tanto en el teatro, como en la vida. Los de Adentro es el grupo de internos del Módulo Nº 2 del Complejo Carcelario “Rvdo. Francisco Luchesse” de Bouwer. La escuela que lleva el nombre del escritor cordobés funciona adentro del penal. En una función ofrecida al Ministro de Seguridad, las autoridades del Servicio Penitenciario, profesores de la escuela y prensa, los internos-actores mostraron un juego escénico que toma elementos del imaginario popular y, sobre todo, televisivo.
El grupo trabaja regularmente en el taller de teatro y realiza actuaciones inter-módulo, en Bouwer. Tiene además el proyecto de visitar el penal de Barrio San Martín y mostrarse a la sociedad. En un mensaje final, leído por uno de los actores, Los de Adentro expresaron su deseo de sostener ese espacio de libertad, el del teatro. Sonaron duras las palabras con las que saben que la comunidad los nombra: “Para la Justicia somos internos, para la sociedad, presos. En el grupo somos personas que queremos una segunda oportunidad” , dijeron.
En una parodia ambientada en la escuela nocturna, los internos mostraron los estereotipos que mantiene la televisión. La referencia directa al concurso para el viaje de estudios a Bariloche se convierte en situación cómica, una estudiantina en la que los actores se divierten muchísimo. Los diálogos aluden a la discriminación, tan explotada en la televisión: el gordo, el flaco, el que pone la plata, el sucio, el mimado de mamá, todos fogoneados por la profesora, un actor con más chispa que Florencia de la V. También en ese sentido, el eje del sketch reproduce la costumbre de poner en el centro de la transgresión a una travesti. La tarde siguió con música y danza. Sobre el telón se seguían moviendo las letras del mensaje: “Bienvenidos a nuestro espacio de libertad”.
Fuente:http://www.lavoz.com.ar/defaultak.asp?edicion=/07/10/12
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