“¿A qué colegio vas?”, es la pregunta obligada a la entrada de la mayoría de los boliches. Según los jóvenes, a quienes asisten a un Ipem, para negarles la entrada, en algunos lugares les ponen como excusa que tienen que esperar una o dos horas, porque la capacidad de la disco está colmada, aunque ellos ven que a otras personas les permiten entrar, o que el ingreso “es con tarjeta”, requisito que no les piden a alumnos de escuelas privadas. “Tenemos muchos casos. El primero que conocimos fue el de un chico de 16 años al que en un boliche bailable de la calle Estrada, un señor lo hizo esperar una hora y media y no lo dejó entrar. El chico tuvo que deambular cuatro horas en el centro solo, hasta que comenzaron a circular nuevamente los colectivos para irse a su casa. Esto lo afectó psicológicamente, empezó a autodiscriminarse, estuvo muy mal. Es terrible lo que está pasando”, expresó Lilian Quiroga, quien da clases en los dos establecimientos mencionados.
La directora del Ipem 95, Griselda Zimerman, manifestó: “Lo importante es que los jóvenes se animen a contar lo que les pasa, que sepan sus derechos y que los papás no se callen la boca por desconocimiento, tenemos autoridades y una Defensoría para reclamar, tenemos que abrir el debate como sociedad”. Walter Torres, ex integrante del área de la Juventud de la Municipalidad de Río Cuarto, comentó que entre los jóvenes riocuartenses hay enfrentamientos por las instituciones a las que asisten y que algunos boliches explotan esa rivalidad y hasta han llegado a promocionar eventos como “la guerra de los colegios”.
“Es un tema social y no estamos viendo el daño psicológico, el profundo dolor que tienen los jóvenes rotulados como ciudadanos de segunda. Hace falta control social de las normas”, aportó. Los estudiantes fueron informados sobre las ordenanzas y leyes contra la discriminación, debatieron toda la mañana en el Conservatorio Julián Aguirre y, sobre el final de la jornada, el defensor del Pueblo, Juan Manuel Llamosas, ofreció su intervención y los animó a denunciar. “Hay criaturas que mienten de qué colegio son y los interrogan sobre las especialidades. Se les burlan. Eso no puede ser”, agregó Quiroga.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/defaultak.asp?edicion=/07/07/04
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