Hasta fin de noviembre, talleres semanales para niños de 7 a 13 años en la institución de Hipólito Yrigoyen. Las opciones van desde el hilado al tejido.
Las siestas sabatinas suelen ser ominosas, en el imaginario paterno. Hasta fin de noviembre, muchos padres encontrarán la solución en el Museo de Antropología, que ofrece la combinación ideal de aprendizaje y entretenimiento para un público de 7 a 90 años. Pero se empieza por la franja que tiene entre 7 y 13 años. Una vez por semana, desde este mes hasta fines de noviembre, los sábados de 15 a 17 hay talleres para niños dictados por estudiantes de carreras de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, de la cual depende Antropología. De esta forma, la tradicional institución de avenida Hipólito Yrigoyen desafía las aguas danzantes del Buen Pastor, o aprovecha su cercanía para atraer al público infantil. Y, de paso, a los adultos.
Lana o plástico. Las actividades comenzaron con un ciclo dedicado al “Quirquincho tejedor”. Dirigido por Mariana Paván, una aventajada alumna de artes, los chicos conocieron las etapas preliminares del tejido manual. Más concretamente, el uso del huso. Suena redundante, pero el huso con hache sirve para hilar la lana. La humanidad lo utilizó desde los inicios de su vida comunitaria y durante siglos, hasta el advenimiento del hilado industrial y sintético. Aunque difícilmente retomen esta práctica artesanal, los chicos se entusiasmaron con la tarea de desenhebrar los vellones de lana de cabra.
Luego procedieron a trabajar con materiales de actualidad. Además de arruinar la visual y contaminar el ambiente, las bolsas de nailon sirven para algo. Con paciencia y dedicación, pueden ser desmenuzadas hasta obtener hebras de gran plasticidad. Las cabecitas de los Simones, Milagros, Calandrias y Joaquines se juntaron y suspiraron afanosamente, quejándose por no obtener los mismos resultados que la “seño” Mariana.
Cambio de paradigma. Todavía falta lo mejor. La clase siguiente estuvo dedicada a los tintes o posibilidades de teñido natural del material. El sábado próximo se trabajará con los rudimentos del tejido con aguja, telar o bastidor.
María, estudiante de Historia y recepcionista del museo, apunta: “Los talleres que hicimos en las vacaciones de invierno prácticamente nos desbordaron, y asentaron la necesidad de seguir. La idea es que los chicos vean que en un museo se ‘hacen’ cosas. No sólo se ven cosas”.
Con estos cambios de paradigma, Antropología se ha ganado una merecida fama de museo innovador. Allí la consigna es tocar y realizar, además de ver. Ser actor y no sólo espectador de los objetos de antepasados rurales o urbanos atesorados en las vitrinas.
Programa
Hasta fines de noviembre, el Museo de Antropología de la UNC desarrollará actividades para niños de 7 a 13 años, de acuerdo al siguiente programa:
Hilado: aprender a hilar.
Tintes: uso de tintes naturales en el teñido de los materiales.
Tejido en telar o bastidor.
Explorando el guardarropas.
Ciclos de cerámica y murales.
Informes e inscripciones para cupos limitados: avenida Hipólito Yrigoyen 174. Teléfonos: (0351) 433-1058 / 433-2105 (interno 301).
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/defaultak.asp?edicion=/07/09/04/
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