La inserción social y laboral de los jóvenes se va complejizando enormemente en los últimos años. La diversificación y las dificultades de conexión entre los sistemas educativos, de formación profesional y de empleo, unido a otras problemáticas en relación a la vivienda, la salud, el ocio..... hacen de la transición a la edad adulta un momento en que es preciso articular diferentes medidas para facilitarla.
La transición a la vida adulta de los jóvenes con discapacidad enfrenta una serie de dificultades tales como menores oportunidades formativas, menor acceso a puestos de trabajo, dificultad de elaborar una identidad adulta en la que la discapacidad no sea su eje central, y plantea, además de los retos compartidos con el resto de los jóvenes, otro más nuclear: su inserción en la sociedad desempeñando los roles y funciones sociales que caracterizan a los adultos.
Para ello se requieren ciertas competencias en los diferentes entornos respecto a la comunicación, las habilidades sociales, la autonomía personal y la orientación al trabajo.
Es por ésto que el Grupo de Autogestión está orientado hacia los planteamientos de “participación activa”. Participación , derecho inalienable de las personas, que significa tener parte en las decisiones de la vida. “Tener parte“ supone el uso de ese derecho. El derecho de participación supone una doble vía, por un lado la persona tiene que apropiarse de ese derecho, por otro el contexto social debe posibilitar esta participación.
Cuando los jóvenes logran apropiarse de este concepto aprenden a:
· Resolver problemas y tomar decisiones
· Hablar por sí mismos.
· Conocer sus derechos y responsabilidades.
· Conformar su propio grupo y resolver problemas en conjunto.
· Apoyar a los compañeros en la realización de sus propias elecciones.
Éstos, que parecen pequeños hechos, marcan una impronta en la personalidad y les permite jugar un papel decisivo en el ejercicio de sus derechos, en el proyecto de vida y en la inserción laboral.
Autores: Marta,Pellegrini ; Andrea, Assandri; Alejandra,Heimsath
Escuela de Formación Integral y Capacitación Laboral
La transición a la vida adulta de los jóvenes con discapacidad enfrenta una serie de dificultades tales como menores oportunidades formativas, menor acceso a puestos de trabajo, dificultad de elaborar una identidad adulta en la que la discapacidad no sea su eje central, y plantea, además de los retos compartidos con el resto de los jóvenes, otro más nuclear: su inserción en la sociedad desempeñando los roles y funciones sociales que caracterizan a los adultos.
Para ello se requieren ciertas competencias en los diferentes entornos respecto a la comunicación, las habilidades sociales, la autonomía personal y la orientación al trabajo.
Es por ésto que el Grupo de Autogestión está orientado hacia los planteamientos de “participación activa”. Participación , derecho inalienable de las personas, que significa tener parte en las decisiones de la vida. “Tener parte“ supone el uso de ese derecho. El derecho de participación supone una doble vía, por un lado la persona tiene que apropiarse de ese derecho, por otro el contexto social debe posibilitar esta participación.
Cuando los jóvenes logran apropiarse de este concepto aprenden a:
· Resolver problemas y tomar decisiones
· Hablar por sí mismos.
· Conocer sus derechos y responsabilidades.
· Conformar su propio grupo y resolver problemas en conjunto.
· Apoyar a los compañeros en la realización de sus propias elecciones.
Éstos, que parecen pequeños hechos, marcan una impronta en la personalidad y les permite jugar un papel decisivo en el ejercicio de sus derechos, en el proyecto de vida y en la inserción laboral.
Autores: Marta,Pellegrini ; Andrea, Assandri; Alejandra,Heimsath
Escuela de Formación Integral y Capacitación Laboral
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