Reflejado hasta el hartazgo en toda publicidad de verano, "la estación preferida de los jóvenes y de los no tanto" convierte al más simple mortal en una fiera que entre todos los seres de la selva quiere ser el rey. La competencia se instala en cuerpos, posturas, viajes, etc. Y como dice la parodia - publicidad "curiosamente" devenida en hit veraniego, "esta es tema del verano que vas a cantar y bailar en todos lados" "que te clavo que te clavo la sombrilla". Poesía de alto impacto o simple revolución hormonal y emocional que se apodera de nuestro cuerpo y como burbujas en un champagne codiciado hace tiempo, genera la dosis exacta de adrenalina exacerbada por el néctar dulce y traicionero de los placeres mundanos de los cuales sí que no se puede huir.
¿En las vacaciones está todo, o casi todo permitido?, las maratónicas caminatas auspiciadas por la pareja, “dale, gordo te va ser bien caminar un poco”, los partidos de fútbol en la playa que nunca ganamos pero todos los años seguimos participando, incendiarse bajo los rayos del sol para luego, a la tardecita, bien aseados, caminar por las apretadas peatonales de las ciudades turísticas, ir y venir, dar vueltas, cada día, y al final volver de las vacaciones con un bronceado que sea envidia de los compañeros de trabajo. Actividades, que "inyectados de optimismo" parecemos desear...
Tantas cosas que le damos importancia y otras tanto que dejamos pasar, total la dieta se puede empezar el lunes y el vecino de al lado entenderá que la carpa ya estaba vieja para “cobijar” a los 6 miembros de la familia. Cueste lo que cueste en el verano, obviamente además de ponerse en forma, todos y cada uno de nosotros como en una batalla campal debe disponer de sus mejores armas para enfrentar al enemigo que acecha en las interminables colas para comprar un helado o para encontrar un lugar para dejar el auto. Y esto implica paciencia, voluntad y un deseo extraño.
También nosotros, envueltos en esta vorágine de verano, consideramos que el lector ávido puede no solo identicarse con las claves que a continuación le detallamos, sino que puede ser este un aprendizaje para sus futuras vacaciones.
Como ustedes ya sabrán, organizar unos días de descanso en familia no es tarea sencilla. Con la paciencia y el criterio ya forjado en estos años de experiencia le proponemos que lea y si es de su agrado difunda al resto de los mortales, algunas de las situaciones típicas que a pesar de nuestra promesa de no volver a repetirlas, cada año se reiteran. “Es cosa del destino” afirmarían muchos. Los ítems para disfrutar el verano son sencillos y prácticos de llevar a cabo:
* Predisponerse mentalmente a compartir en familia unos días de descanso y estar preparado para ello. Algunas de las situaciones mas recurrentes con las que nuestro viajante puede encontrarse son: la visita inesperada de los primos de la hermana de la cuñada, alguna amiga de la suegra que viene a pasar el día, el novio melenudo de la “nena” y los amigos (unos cuantos) del adolescente de la casa.
* Por favor sigua leyendo y no desespere. Segundo paso: Saber entender que descansar es necesario... o por lo menos esa era la intención.
Lo importante de este ítem es reconocer que muchos de los reproches y anécdotas divertidas de las vacaciones no siempre se relacionan con nuestra búsqueda de tranquilidad y de descanso. A buen entendedor pocas palabras.
Para terminar y no cansarlo más, usted que anda de vacaciones, el tercer paso y el más importante es tener paciencia que aunque parezca que esto termina como toda película de suspenso continuará en la próxima saga.
Predisponerse mentalmente al descanso. Saber descansar. Tener paciencia. Si usted lo logró lo felicitamos, sino ha sido así quizás en la segunda entrega de esta película ya no sea actor de reparto.
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